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Diccionario emocional: una herramienta para el autoconocimiento

Diccionario emocional

La capacidad de reconocer y expresar emociones es un aspecto fundamental en el desarrollo y aprendizaje de los niños. No obstante, para explicar este tópico a los chicos resulta fundamental apoyarse en herramientas que aligeren las explicaciones, como un diccionario emocional.

Prácticamente desde el nacimiento, las madres estamos al pendiente de la educación de nuestros hijos. No solo en referencia al ámbito académico, sino al aprendizaje en general. Sin embargo, el conocimiento y manejo de las emociones suele tener un papel renegado en la enseñanza.

Incluso desde el útero, los niños pueden percibir las emociones de la madre y adquirir así experiencias sensoriales que moldeen su desarrollo.

Las emociones poseen gran relevancia en nuestra vida, pero estas pueden llegar a ser algo complicadas, incluso cómo adultos, en ocasiones se nos hace difícil definir aquello que sentimos. Para ayudarnos en esto, un diccionario emocional será la guía perfecta.

diccionario emocional
Somos seres emocionales, por lo que aprender acerca de este tópico nos brinda herramientas para enfrentar los desafíos que la vida nos depara.

¿Para qué sirve un diccionario emocional?

Las emociones son formas de reaccionar ante un suceso. Estas surgen cuando ocurre algo relevante, aparecen rápidamente, de forma automática, y hacen cambie nuestro foco de atención.

Para que se produzca una emoción, tiene que haber un desencadenante externo o interno, conocido como estímulo. Un ruido puede ser un estímulo externo, sin embargo, con frecuencia las emociones son provocadas por estímulos internos como pensamientos o sensaciones.

Un diccionario emocional es un libro de consulta para intentar poner nombre a lo que sentimos. No se trata de una solución a los problemas que involucran emociones, sino más bien un apoyo para definir el camino a seguir para aprovecharlas.

Aunque se trate de emociones negativas, estas nos ayudan a relacionarnos y adaptarnos al mundo que nos rodea. Es por esto que resulta importantísimo para el desarrollo de los niños, conocer y aprender a manejar las emociones desde una temprana edad.

Si bien hay definiciones básicas, el tema emocional posee un sinfín de matices, lo que significa que no se trata de una verdad universal, sino que cada quién puede ofrecer su interpretación.

Independientemente de lo que afirmen los autores, una misma emoción puede tener diferentes nombres e interpretaciones. En este caso lo más importante es que los niños aprendan a identificarlas y expresar así cómo se sienten.

“Es la mente la que crea el mundo que nos rodea y aun cuando nos encontramos juntos, parados en la misma pradera, mis ojos nunca verán lo que los tuyos contemplan y mi corazón nunca se agitará con las emociones que conmueven al tuyo”, George Gissing.

Debido a que las emociones son las que moldean nuestra percepción de lo que nos rodea, trabajar la inteligencia emocional resulta fundamental para afrontar nuestro entorno y sobreponernos a los desafíos que este nos presenta.

Diccionario emocional
Las emociones reflejan cómo somos internamente y cuál es nuestra percepción del mundo que nos rodea.

¿Cómo crear un diccionario emocional para los más peques?

Una de las herramientas más novedosas y didácticas que puedes utilizar para trabajar las emociones con tus hijos es un diccionario emocional o emocionario. Aunque puedes adquirir algunas publicaciones, también puedes elaborar uno propio desde casa.

A través de un diccionario emocional, los adultos también pueden aprender a identificar lo que sientes sus hijos, consiguiendo establecer un dialogo emocional más cercano.

Al igual que cualquier diccionario, este “catálogo” busca brindar una definición breve de las emociones. Además, puede incluir historias, ilustraciones, e incluso ejercicios que inviten a la reflexión.

¿Qué necesitas?

  • Libreta o cuaderno
  • Revistas, periódicos o ilustraciones
  • Rotuladores
  • Lápiz
  • Tijera
  • Goma

Paso a paso

  1. En primer lugar deberás seleccionar las emociones que incluirás en el diccionario. Escribe cada una en las hojas de la libreta. Utiliza una hoja para cada una.
  2. Seguidamente, añade una breve definición de la emoción, cómo nos hace sentir, qué la origina, sus consecuencias y hasta una pequeña historia que la involucre.
  3. A continuación, busca en internet alguna ilustración que refleje la emoción, imprímela, recorta y pega en el centro de la hoja. Repite esta acción para todas las emociones.
  4. Finalmente lee el diccionario con tus hijos y pídeles que identifiquen más imágenes en las revistas o periódicos para incluirlas en su respectivo espacio

El desconocimiento, la incomprensión, o la falta de control de las emociones, pueden derivar en intervenciones psicológicas.Asegúrate de esclarecer cómo nos hace sentir cada emoción, de tal manera que los niños sean conscientes de qué les ocurre y cómo se sienten mental y físicamente.

Diccionario emocional
Incluye a tus pequeños en el proyecto. Pueden dibujar, pintar y decorar el diccionario.

¿Qué emociones incluir?

Ya estas lista para ponerte manos a la obra con tu diccionario de emociones, pero no sabes por cuáles comenzar. No te preocupes, te mostraremos algunas definiciones que podrás incluir en tu proyecto.

Para niños más chicos (a partir de los 3 años) es recomendable incluir solo las emociones principales. A medida que los peques crecen (6 años en adelante), se puede ir trabajando con términos más complejos.

¿Has visto la película de Disney, Inside Out?, ¿te has fijado cuáles son las emociones que dirigen el centro de control de los personajes? Pues se trata de las emociones básicas, por lo que son el punto ideal para comenzar con nuestro diccionario.

¡Tip! No dudes en incluir recortes de los personajes de esta película para representar las emociones.

Alegría

Al igual que en la película de Disney, esta suele ser la capitana del barco cuando somos niños. No obstante, es imposible que cualquier persona siempre esté alegre. La alegría necesita de otras emociones para que exista una salud mental.

Puedes definirla como esa sensación positiva que surge ante la atenuación de un malestar, el logro de un objetivo, la observación de la felicidad en alguien más, o la contemplación de algo que nos parece hermoso. Es la respuesta de nuestro cuerpo a un suceso que percibimos como positivo.

Puede ser expresada a través de signos exteriores como la sonrisa y una sensación de bienestar interior. Aunque, también está la alegría hilarante, que es aquella que nos provoca risas o carcajadas, y suele darse a raíz de chistes, cosquillas o anécdotas graciosas.

Incluye cuentos como el de “La botella de la felicidad” y deja algunas preguntas como: ¿Cuándo fue la última vez que sentiste alegría?, o ¿has notado alegría en un ser querido?

Las emociones son un aspecto clave a la hora de tomar decisiones de manera acertada.

Tristeza

Sin momentos de tristeza no podríamos apreciar la alegría, además, esta emoción tiene la capacidad de hacernos reflexionar, ahondar en nuestros sentimientos y motivarnos para hacer frente a aquello que nos enfrentemos.

La tristeza es el estado anímico que surge ante un acontecimiento desfavorable y suele manifestarse con signos como llanto o pesimismo. Una persona triste suele retraerse, por lo que es importante afrontar este sentir, comprenderlo y sobreponerse a él.

Aunque pueda no parecerlo, la tristeza tiene su lado positivo. Ayuda a centrar la atención en uno mismo e instigar la búsqueda de apoyo y empatía, además de facilitar la instrospección y análisis constructivo de la situación.

Ofrece cuentos como “El erizo que quería saber por qué lloraba” y consejos para superar este estado anímico, como escuchar música, realizar actividades que nos agraden, o compartir ese sentir con personas cercanas.

Diccionario emocional
Las emociones son reacciones neurofisiológicas desencadenadas por un estímulo interno o externo, mientras que el sentimiento es la autopercepción de una determinada emoción.

Enfado

Aparece como una forma de defensa o expresión ante algo que nos desagrada o nos perjudica y, aunque el enfado es la emoción menos inteligente, también podemos aprender de ella. En ocasiones, incluso da paso a la tristeza y luego a la alegría.

El enfado casi siempre se expresa con una alta activación del sistema nervioso autónomo, lo que provoca tensión corporal, elevación del ritmo cardíaco o nerviosismo. Este estado favorece conductas o pensamientos que pueden tener consecuencias negativas.

Ofrece historias que enseñen al niño a manejar el enfado mediante herramientas como el análisis y la comunicación. Además, reflexionen en conjunto sobre preguntas como: ¿has sentido enfado?, ¿qué lo originó?, y ¿cómo actuaste ante esto?

Muchas especies animales comparten algunas de nuestras emociones, ya que se trata de respuestas evolutivas ante cambios en nuestro entorno.

Miedo

Cuando no existe el miedo, puede llegar el punto en que nuestra vida corra peligro, así que no hay nada de malo en sentir miedo. Se trata de una reacción de supervivencia o desconfianza ante algo que potencialmente podría amenazar nuestra supervivencia.

Esta emoción puede hacer que el niño se marque retos y luche por superarlos, aprendiendo de estos. No obstante, esta es un arma de doble filo, ya que también puede bloquearnos e incluso, conducir al pánico.

Una vez que estamos en contacto con el estímulo, nuestro cuerpo se tensa, la adrenalina fluye y nos preparamos para huir o atacar. Podemos notar el aumento de la presión cardíaca, la sudoración, la dilatación de pupilas y el descenso de la temperatura corporal.

Incluye consejos para afrontar el miedo, como evitar el ataque de aquello amenazante, huir o incluso amenazar nosotros en respuesta, pero sobre todo, aprender de dicha experiencia.

Si enseñamos a nuestro hijo a utilizar el miedo para crecer, esta será un arma poderosa para él.

Asco

El asco ayuda a elegir y decir no, por lo que apoya al niño en la formación de su personalidad. Si no existiera el asco los pequeños serían sumamente conformistas y  no podrían tener una personalidad fuerte ni tomar decisiones importantes en la vida.

Asco a algún alimento, a la basura, a algún ambiente, los niños pueden sentir asco como modo de rechazo y esto es completamente entendible.

A pesar de que todos lo hemos experimentado, no siempre somos capaces de explicarlo. Cuando hablamos de asco nos referimos a una impresión desagradable originada por algo que nos desagrada. Este sirva para evitar alimentos o animales que podrían amenazar nuestra salud.

Enseña a tus hijos a manejar el asco a través de cuentos como ranita la rana y muestrales cómo tras algo que en primera instancia les pueda parecer asqueroso, puede existir algo realmente maravilloso.

La música es uno de los estímulos emocionales por excelencia para el ser humano, así que no dudes en incluir algunas piezas musicales en tus conversaciones con tus hijos.

Sorpresa

Tras comprobar que en distintas culturas existía el mismo modo de expresar facialmente esta emoción, la sorpresa fue propuesta por el psicólogo Paul Ekman como la sexta emoción básica del ser humano.

Algo que resulta imprevisto, extraño o inesperado para la persona, ocasiona una sorpresa.

Cuando nos sorprendemos se dilatan por un momento nuestras pupilas, se produce una disminución de nuestra frecuencia cardiaca y aumenta nuestra respiración.

Todas las emociones tienen como finalidad que nos relacionemos de manera más eficaz con el medio que nos rodea. La sorpresa no es la excepción, ya que, interrumpe cualquier otra actividad que estemos realizando para focalizar toda nuestra atención en aquello que nos sorprende.

Habla con tus hijos acerca de las sorpresas positivas o negativas y pregúntale qué haría él o ella ante determinada situación.

Diccionario emocional
Sin importar cuál sea, todas las funciones cumplen una función, bien sea social, motivacional o adaptativa.

¿Cómo utilizar el diccionario emocional?

Para trabajar la inteligencia emocional es necesario entender que las emociones se manifiestan de tres maneras diferentes: a nivel cognitivo, fisiológico y motor. Teniendo esto en mente, los niños pueden analizar y comprender emociones experimentadas o reflejadas por otros.

De igual forma, es necesario explicar a los pequeños que las emociones se pueden clasificar en dos grupos: primarias, ya que derivan de procesos biológicos evolutivos; y secundarias, que son influenciadas por la cultura.

Una vez que tienes a la mano un diccionario emocional podrás notar la cantidad de veces que surgen conversaciones en torno a las emociones.

Emplear el diccionario emocional dependerá de la rutina que sigas con tus hijos. Puedes incorporarlo en lecturas, películas, dinámicas y cualquier otra conversación que lo amerite. La edad a la que comiences a utilizarlo dependerá del libro en sí.

Si utilizas emociones básicas, acompañadas de muchas ilustraciones, un niño de 4 años podrá comprenderlas. Por su parte, las emociones más complejas requieren que el pequeño ya posea una relación con los términos básicos.

Comienza por presentar el libro a tus hijos y explicarle para qué sirve y cómo pueden utilizarlo. Puedes mostrar las ilustraciones para despertar el interés de los niños e invitarlos a hojearlo. Permite que se familiaricen con este y sientan confianza al usarlo.

Conversen sobre situaciones que han vivido en las que estaba implicada alguna emoción y lee el texto referente a dicha vivencia. De esta manera, el niño se familiarizará con los términos y se acostumbrará a que este puede ser un tema de conversación natural contigo.

Una vez que los momentos de lectura del diccionario emocional ya son costumbre, si el niño experimenta una emoción que no logra identificar, este podrá recurrir al libro y leer al respecto. Esto le ayuda a aprender que lo que siente tiene nombre y que otras personas también lo perciben.

Diccionario emocional
Habla con tus hijos acerca de las emociones de personajes ficticios y su comportamiento al respecto, esto permitirá que los pequeños reflexionen mediantes experiencias ajenas a ellos.

Importancia de un diccionario emocional

Hablar de este tipo de temas no es tarea sencilla para muchos padres. Con la ayuda de un emocionario, los niños podrán aprender desde un punto de vista más sencillo y divertido, facilitando así el entendimiento del complejo mundo de las emociones.

Manejar las emociones de forma eficaz, resulta indispensable para una vida adulta satisfactoria y equilibrada. Por ello, el objetivo principal de un emocionario será ayudar a los niños a identificar, conocer y expresar sus emociones desde una temprana edad.

La infancia es la mejor etapa para enseñar a los niños el mundo de las emociones. Puedes comenzar a incluir diccionarios emocionales en las conversaciones y dinámicas con tus hijos a partir de los 3 años.

Algunos de los beneficios más resaltantes de ofrecer un diccionario emocional a tus pequeños son:

  • Habilidad de identificar las emociones
  • Ampliación del vocabulario emocional
  • Capacidad para diferenciar una emoción de otra
  • Establecimiento de relaciones entre los distintos estados emocionales
  • Facilidad para expresar los sentimientos y emociones

Utilizar un diccionario emocional fomenta la confianza en sí mismo, la autoconciencia, la empatía y el manejo adecuado de las emociones, además de mejorar notablemente la conducta de los niños y su rendimiento escolar.

Comenzar a trabajar la inteligencia emocional desde la infancia es fundamental para un desarrollo psicosocial óptimo.

Enseñar a los niños desde temprana edad sobre las emociones y su manejo, contribuirá a evitar futuras dificultades que ameriten una intervención psicológica. Además, esa interacción temprana permitirá que la relación familiar se surja de manera adecuada y con consecuencias positivas.

Ahora que conoces esta divertida herramienta para facilitar la comprensión del tema emocional en los niños, ya podrás profundizar mucho más esta enseñanza desde casa.

Si tienes dudas o necesitas apoyo respecto a estos temas, no dudes en pedir ayuda a profesionales de la salud mental y el cuidado infantil.

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