Puede resultar increíble, pero después de entregarle a tu pequeño el juguete que crees que va a hacerlo mucho más feliz, ese que lo va a tener horas y horas jugando y que vas a tener que esconderle para que deje de jugar, te das cuenta que tu niño prefiere jugar con la caja que envuelve el regalo más que con el brillante y maravilloso juguete. ¿Te ha pasado?
Tranquila… Es completamente normal que a los niños les guste jugar con cajas y tu hijo puede que no sea la excepción. Sin embargo, muchas nos hemos preguntado por qué a los niños les gusta tanto algo que para nosotras puede resultar tan sencillo y poco atractivo como lo es una caja. Acá te lo contamos.
Tú ves una caja, tu hijo no
Lo que sucede, es que mientras tu ves una caja de cartón simple y corriente, a tu pequeño le explota la imaginación y puede llegar a ver un carro de carreras, una casita de árbol, una cocina, un cohete o un tren.
Las posibilidades son infinitas para un niño que se encuentra frente a un caja de cartón, y lo mejor de todo es que este simple objeto puede convertirse y transformarse una y otra vez en múltiples cosas, el único límite va a ser la imaginación de tu pequeño.

Por otro lado, los juguetes están en desventaja, una muñeca no se puede convertir en carro o un carrito no puede ser un cohete, por eso cuando los niños se cansan de jugar con su juguete nuevo siempre tienden a volver a jugar con una simple caja de cartón que le abre un mundo de posibilidades para divertirse.
Dale más cajas a tu pequeño
Estimular la imaginación de tu pequeño siempre será una excelente herramienta de juego, por lo que no te compliques si tu niño prefiere una caja, más bien aprovecha lo sencillo y económico que es buscarla y encuentra varias cajas de diferentes tamaños para empezar a jugar.
Intenta buscar una caja más grande que tu niño, verás que la usará para meterse en ella y convertirla en todo lo que desee. Y no dejes de jugar con tu niño, verás que será uno de los momentos que más disfrutará junto a ti.
Cómo a los gatos jajaja
Jajajajajja sii jajajajaj
Es tan yo jajajajajaj
Es muy cierto, en un niño es muy fácil hechar andar la imaginación cualquier cosa la pueden convertir en un juguete, por eso es que son felices.