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¿Qué es la dislexia y cómo ayudar a los niños que la padecen? ¡Aprende a identificarla!

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Los humanos podemos diferenciarnos del mundo animal en gran parte gracias a nuestra capacidad de comunicarnos mediante el lenguaje hablado y escrito. Pero ¿qué pasa si existe un fallo en esta capacidad? ¡Te contamos todo lo que necesitas saber acerca de la dislexia!

La dislexia conlleva dificultades para aprender a leer y escribir, aspectos que resultan fundamentales para el desarrollo humano. Sin embargo, que se presenten dificultades en este ámbito no quiere decir que la persona no pueda alcanzar el éxito o llevar una vida normal.

La palabra «dislexia» proviene del griego “dys”, que significa anormal o impedido, y “lexis”, que significa idioma o palabras.

Si bien esta condición suele ser detectada durante la infancia, existen casos de personas que solo consiguen un diagnostico cuando alcanzan su edad adulta. Esto puede hacer más difícil el camino para brindar ayuda a dichas personas.

Por ello es fundamental como madres que estemos atentas a los signos de dislexia durante la infancia temprana.

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Estudios presentados en 2013 afirman que entre un 5% y un 15% de la población mundial es afectada por la dislexia.

¿Qué es la dislexia?

Según el diccionario de Oxford, la definición de dislexia es: alteración de la capacidad de leer por la que se confunden o se altera el orden de letras, sílabas o palabras. No obstante, al tratarse de padecimientos humanos, establecer una definición clara no es tan sencillo.

En primer lugar es importante aclarar que ¡la dislexia no es una enfermedad! se trata de una afección con la que se nace y, generalmente es hereditaria.

Es un trastorno del aprendizaje que conlleva una dificultar para leer, ya que existen problemas para identificar los sonidos del habla y comprender cómo estos se relacionan con las letras y las palabras.

La dislexia también es conocida como dificultad de lectura, y afecta las zonas del cerebro que procesan el lenguaje.

Por el contrario de lo que muchos piensan, las personas con dislexia no son perezosas o tontas, en realidad la mayoría posee una inteligencia media o superior al promedio. Además su visión también suele ser normal.

Según la Organización Mundial de la Salud, la dislexia es un trastorno cuyo rasgo principal es una dificultad específica y significativa en el desarrollo de las habilidades para la lectura, que no puede explicarse únicamente por la edad mental, problemas de precisión visual, o una escolarización inadecuada.

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La capacidad para la comprensión lectora, el reconocimiento de palabras escritas, la lectura oral y la realización de tareas escrita, se ven afectadas con esta condición.

¿Qué es la dislexia en niños?

Muchas veces las personas piensan que quien tiene dislexia solo confunde el orden en que van las letras o números, o que ven las palabras al revés. En realidad esta confusión en el orden de los símbolos compone una parte normal del desarrollo del infante hasta el primer o segundo grado.

Sin importar si se trata de palabras cortas, el niño con dislexia tendrá problemas para reconocerlas. Esto también aplica para la pronunciación de palabras un poco más largas.

Cuando se trata de dislexia existen problemas reconociendo o identificando los fonemas. Por ejemplo, a un niño con dislexia le será más difícil reconocer el sonido “c” de la palabra “casa”, que es un fonema. Por esto, se trata de un problema para conectar el sonido con la letra que produce dicho sonido, además de combinar varios sonidos para formar palabras.

Generalmente los pequeños con dislexia solo necesitan un tutor o programa de enseñanza especializado para lograr el éxito académico. Asegúrate de brindarles a tus hijos todo el apoyo necesario para fomentar y facilitar su aprendizaje.

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La evaluación y ayuda a una temprana edad produce mejores resultados para los niños con dislexia.

Causas de la dislexia

No existe un causante claro para la dislexia, sin embargo, estudios de investigación han mostrado una asociación a la manera en que el cerebro procesa la información. Gracias a los equipos médicos modernos, se ha logrado observar el cerebro de personas disléxicas y notar cómo estas no utilizan las mismas partes del cerebro que las personas sin dislexia.

El cerebro con dislexia no funciona eficientemente cuando la persona está leyendo, lo que hace que la tarea resulte más dura.

Al ser una condición con la que se nace, la dislexia tiende a ser hereditaria. Así mismo, parece estar relacionada con factores de riesgo presentes en el entorno, como por ejemplo:

  • Nacimiento prematuro o con bajo peso
  • Exposición a drogas como alcohol o nicotina durante el embarazo
  • Infecciones durante el embarazo que puedan alterar el desarrollo cerebral del feto
  • Diferencías individuales en las partes del cerebro encargadas de procesar la lectura
  • Antecedentes familiares de dislexia y otras dificultades de aprendizaje

La dislexia también puede adquirirse tras un accidente en el cual se haya visto afectada la región cerebral encargada de procesar la lectoescritura.

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Las personas con dislexia hacen un gran esfuerzo para superar sus problemas de aprendizaje.

Características de la dislexia

Entre las peculiaridades de la dislexia infantil, está el hecho de que puede presentarse de diversas formas, por lo que los síntomas podrán variar considerablemente de un niño a otro. Además de esto, los síntomas de este trastorno pueden variar incluso durante un mismo día y evolucionar a medida que los niños crecen.

Dentro de las características más comunes de la dislexia destacan:

1.Dificultades en las funciones ejecutivas

Una de las características de la dislexia más recurrente es presentar dificultades en el desarrollo ejecutivo (conjunto de complejas habilidades cognitivas que se encargan de planificar y dividir cualquier tarea). Un fallo en esta función implica que cualquier tarea que requiera de una mínima planificación, como recoger su habitación o terminar la tarea del colegio, puede suponer un auténtico reto para los niños que la padecen.

2.Socialización deficiente

Cada niño es un mundo, algunos pueden presentar rasgos de una personalidad sumisa, mientras que otros de rebeldía. Sin embargo, a muchos niños con dislexia suele costarle relacionarse con nuevas personas o simplemente relacionarse con las personas que lo rodean.

3.Orientación espacial deficiente

Algunos de los niños que tienen este trastorno muestran dificultades con la coordinación motora y les cuesta distinguir izquierda o derecha, arriba o abajo, delante o detrás, dentro o fuera, etc. Esto puede estar asociado a su torpeza en el día a día y a su tendencia a perderse con mayor frecuencia.

Estos pequeñitos pueden tener grandes dificultades en deportes que requieren coordinación, como montar en bicicleta o el futbol.

4.Comprensión del tiempo engorrosa

Muchas veces para los pequeñines, interpretar la hora (sobre todo en los relojes con manillas) supone un auténtico esfuerzo y no les resulta nada fácil saber el día, mes o año en el que están.

5.No poder seguir instrucciones

Dentro de las posibles dificultades que presenta la dislexia en el ámbito comunicacional, entender determinadas instrucciones, nuevas palabras o chistes, puede volverse realmente difícil. Esto puede provocar inseguridad en el niño a la hora de hablar o expresarse.

6.Lectoescritura deficiente

La decodificación de las palabras es realmente difícil en la dislexia. Por esto, las actividades que requieren leer o escribir, suelen terminar siendo muy engorrosas para los pequeños. Pueden entender que el profesor está contando, por ejemplo, pero les cuesta mucho tomar apuntes.

Al escribir, la letra de personas con dislexia suele ser irregular, poco legible, demasiado grande o demasiado pequeña.

¿Cómo detectar la dislexia?

La dislexia no se diagnostica solo por la dificultad lectora, sino más bien porque dicha dificultad no puede ser explicada de otra manera. Es decir, cuando la dificultad lectora no puede explicarse mediante un déficit en los procesos sensoriales básicos, anomalías cerebrales evidentes, o déficit psicológicos primarios, entonces puede considerarse como dislexia.

Un diagnóstico acertado solo puede ser realizado por un profesional en esta área.

Durante la enseñanza primaria es el tiempo en que mayormente es detectada la dislexia. Sin embargo, en algunos casos no es detectada hasta que el niño es mayor, tiempo en el que se espera que domine escritos extensos y complejos.

Para diagnosticar la dislexia es necesaria una evaluación exhaustiva e integral por parte de un especialista en lectura o un psicólogo. Los pediatras suelen tener conocimiento acerca de los síntomas de la dislexia, por lo que también pueden brindar apoyo y orientación a las familias.

Si la dislexia no es detectada a tiempo puede provocar otros problemas a nivel psicológico en el individuo. Por ello, es importante que conozcas la sintomatología y factores de riesgo que este trastorno presenta.

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En ocasiones, la dislexia no se diagnostica durante años y permanece sin ser identificada hasta la adultez.

Síntomas de la dislexia

Las señales para detectar la dislexia muchas veces son difíciles de identificar antes de que los infantes comiencen su etapa escolar. No obstante, existen algunos signos que pueden delatar un problema a temprana edad.

Si bien no todos los niños se desarrollan a la misma velocidad, o cumplen con los mismos patrones cuando alcanzan ciertas edades, algunas señales pueden dar pie a una detección temprana de dislexia.

Algunos de los indicadores que puede presentar un bebé o niño preescolar con dislexia son:

  • Problemas de sueño, bien sea por dormir demasiado o despertarse con mucha facilidad.
  • A los 3 meses presentan dificultad para mantener erguida la cabeza y tomar los objetos que tiene enfrente.
  • Dificultad para mantener el equilibrio (comparado a otros bebés de su edad), la coordinación y la lateración.
  • Retraso para hablar con claridad y confusión de palabras similares fonéticamente.
  • Personalidad sensible, curiosa, perfeccionista y con cambios de humor repentinos.
  • Antecedentes familiares con la misma condición.
  • Problemas para expresarse y recordar secuencías (días, meses, etc.).
  • Dificultad para reconocer los grafemas y asociarlos a los fonemas.
  • Confusión en el vocabulario con orientación espacial (arriba, izquierda, al frente, etc.).
  • Problemas para escribir, o hacerlo en sentido contrario a las agujas del reloj.

Estos síntomas no representan un diagnóstico definitivo de la dislexia. Si tienes sospechas de que tu hijo pueda tener dislexia o alguna otra dificultad de aprendizaje, acude a un especialista y pide apoyo.

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Dar una respuesta temprana es vital para mejorar la calidad de vida de las personas con dislexia.

Síntomas en niños mayores o adolescentes

Al ser un trastorno fácilmente confundible con otros, muchos padres pueden fallar en su detección y postergarla por varios años. En el caso de que tus hijos ya hayan comenzado la etapa escolar, o tengan amigos que presentan las siguientes características, es recomendable que busquen ayuda profesional:

  • Lectura por debajo de la media
  • Dificultad para encontrar las palabras o responder cuando les preguntan
  • Incapacidad de pronunciar palabras desconocidas
  • Problemas para deletrear y memorizar
  • Evitar leer o escribir, o tomar más tiempo del promedio
  • Mala pronunciación de nombres o palabras
  • Problemas para entender chistes o modismos
  • Dificultad para resumir historias, o para resolver problemas matemáticos
Una vez alcanzada la etapa escolar no suelen haber dudas para la detección profesional de la dislexia.

Tipos de dislexia

Si bien la OMS (19997- CDI 10) hace referencia solo a problemas de lectura en la dislexia, las dificultades en la vida de aquellas personas con este padecimiento pueden ir más allá. Ante la diversidad de déficit conductuales presentes en el caso de la dislexia, se puede determinar que existen varios tipos o subtipos de esta condición.

Este trastorno neuronal se presenta en diferentes grados, es decir que no todo aquel que sea diagnosticado con éste mostrará los mismos síntomas.

Los expertos han ido identificando con el paso del tiempo diferentes tipos de dislexia, y aunque la sintomatología suele ser muy similar, existen diferencias que se desarrollarán de manera dispar según el niño afectado.

Dislexia adquirida

Esta se produce tras una lesión cerebral concreta, en la que las áreas del cerebro encargadas de procesar la lectoescritura (más conocido como alexia) se ven afectadas.

Dislexia evolutiva

Es el tipo de dislexia más común y se presenta desde el nacimiento, es decir que es hereditaria. En este caso el niño no ha sufrido ninguna lesión cerebral concreta.

Dentro de esta clasificación existen múltiples tipos de dislexia, pero a continuación haremos referencia solamente a aquellas que afectan el procesamiento y las rutas del cerebro.

Dislexia superficial

Es la más común en niños, y en la mayor parte de los casos no suelen presentar importantes dificultades para la lectura. En este tipo de dislexia, la ruta más afectada es la visual, léxica o directa, por lo que se utiliza para leer la ruta fonológica. Esto quiere decir que los niños con dislexia superficial para leer una palabra la parten en diferentes fragmentos o sílabas.

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La dificultad aparece cuando las palabras no se corresponden con la pronunciación.

Dislexia fonológica

Este tipo de dislexia dificulta especialmente la lectura de palabras largas y también de palabras poco conocidas o no muy frecuentes. En cambio, las personas son capaces de leer correctamente las palabras conocidas.

La dislexia fonológica está asociada al mal procesamiento de la información en de la ruta fonológica (de allí su nombre), por lo que los niños que la padecen suelen leer a través de la ruta léxica o visual.

Dislexia profunda

Esta se caracteriza por dificultades en los dos tipos de procesamiento de la lectura. Ambas rutas, fonológica y visual, están dañadas, por lo que se producen tanto errores semánticos como visuales.

La hipótesis del doble déficit afirma que los lectores combinan dos tipos de déficit. El primer tipo de déficit es una conciencia fonológica dañada, mientras que el segundo es un déficit es la capacidad para el nombrado rápido (o velocidad de nombrado visual), lo que implica el acceso rápido y la recuperación de los nombres de objetos y símbolos visuales, como dígitos, y letras.

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La dislexia profunda es la más grave y difícil de afrontar.

¿Existe la dislexia de números?

Es probable que hayas escuchado este término y te haya causado algo de confusión. Hemos venido hablado de acuerdo a declaraciones de expertos, que la dislexia hace referencia a la lectura y escritura, es decir, al lenguaje, pero, ¿es posible que la dislexia también incluya los números?

La frase de “dislexia de números” suele ser usada en ocasiones para referirse a dificultades en matemáticas. Sin embargo, esto no es correcto. La palabra dislexia hace alusión exclusivamente a afecciones del lenguaje, aunque muchas personas lo emplean de manera errónea para describir genéricamente otros problemas que nada tienen que ver.

No todo es errado. Aunque la frase no es correcta, es cierto que la dislexia puede causar dificultades matemáticas específicas, como resolver problemas matemáticos de lógica, leer nombres y números. No obstante, esto no significa que la dislexia es la causa de que los niños puedan presentar un patrón de dificultad con los números y las matemáticas.

Los problemas y dificultades que presentan muchos niños referentes a los números y las matemáticas suelen estar provocados por otro déficit en el aprendizaje que no muchos conocen; la discalculia.

Los niños con discalculia presentan una dificultad con el sentido numérico y podrían tener problemas con conceptos matemáticos como mayor que y menor que. Así mismo podrían no entender que el número 5 es lo mismo que la palabra cinco, y que ambos representan cinco objetos o cinco grupos de objetos. También podrían tener dificultad para recordar datos matemáticos.

Muchos niños presentar discalculia y dislexia al mismo tiempo.

Diferencías entre discalculia y dislexia

La discalculia no ha sido tan estudiada como la dislexia, sin embargo, varias son las diferencias que se conocen entre ambas y mediante las cuales podrás guiarte para identificarlas.

1.Lo que son

Ya sabemos que la dislexia es una dificultad del aprendizaje que afecta principalmente a la lectura, mientras que, la discalculia es una diferencia de aprendizaje que dificulta entender los números y los conceptos matemáticos.

Tener dificultades constantes con las matemáticas puede afectar la autoconfianza de los niños, haciendo que eviten realizar ciertas actividades o juegos que impliquen cálculos matemáticos o llevar el puntaje, además de causar que cuestionen sus capacidades en otras asignaturas.

2.Sus señales

A diferencia de las dificultades que conlleva la dislexia, la discalculia puede presentar:

  • Dificultad para aprender a contar
  • No entender conceptos matemáticos como “mayor que” o “menor que”
  • Dificultad para hacer cálculos básicos
  • No recordar automáticamente datos matemáticos
  • Dificultad para entender gráficos y tablas
  • No recordar los artículos de la lista de compras, números telefónicos, o el puntaje de los juegos (problemas con la memoria funcional)
  • Evitar juegos que incluyan números y contar
  • Seguir usando los dedos para contar, incluso después que se han enseñado otras estrategias
  • Dificultad para aplicar habilidades matemáticas en la vida diaria, como al dar cambio o calcular una propina

Asegúrate de buscar ayuda especializada y ofrecer el apoyo necesario si crees que tu hijo presenta discalculia.

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A pesar de que la dislexia y la discalculia comparten algunas similitudes, estas son bastante diferentes.

¿Cómo saber si mi hijo tiene dislexia?

Los niños que presentan este trastorno poseen ciertas peculiaridades neurológicas, es decir que las células que conforman sus circuitos lingüísticos no están ordenadas de manera correcta. Producto de esto, a los niños con dislexia se les dificulta enormemente decodificar las palabras y encontrar el significado de lo que están leyendo.

Para saber si tu hijo tiene dislexia, deberás llevarlo a un psicólogo o experto en el área, para que le practique ciertas pruebas y entrevistas, mediante las cuales determinará el diagnostico.

Los casos de dislexia tienden a presentar un mismo patrón de deterioro en habilidades como la memoria de trabajo, la velocidad de reacción, velocidad de procesamiento y funciones ejecutivas. Por ello, los niños suelen presentar bajos niveles en estas habilidades cognitivas como un indicador de que padecen dislexia.

Al acudir con profesionales correctamente capacitados para trabajar con personas disléxicas, estarás dándoles a tus hijos mayores oportunidades de obtener habilidades para sobrellevar este trastorno.

Ejemplos de dislexia

Muchas veces la información no se entiende de manera correcta hasta que no se ve ejemplificada o se vive por si mismo. En el caso de las personas con dislexia, es posible que tengan dificultades leyendo incluso las palabras más simples que ya han visto una y otra vez.

Un texto a los ojos de una persona dislexica puede verse de esta forma «Laspalab rasno sesepa rancor recta men te. Aveccestodaslaspalabrasseescribenjuntas o scriben les plabras ta como suenan».

Las personas disléxicas viven día a día situaciones como:

  • Leer las noticias muy lentamente y tener que poner un esfuerzo excepcional para hacerlo.
  • Al ver un menú pueden confundir la palabra “los” por “sol”. Imagina lo difícil que resulta entender oraciones y textos con este tipo de cambios.
  • Escribir una nota de felicitaciones y que la persona que la reciba termine no entendiendo los sentimientos expresados, puesto que en ocasiones las personas con dislexia suelen juntar las palabras hasta perder los espacios.
  • Hablar frente a la familia para contarles cómo ha estado su día y no poder encontrar la palabra para aquello que estuvo haciendo o lo que comió.

A las personas con dislexia se les dificulta recordar lo que han leído, en su lugar, muchos prefieren que les lean la información para recordarla mejor.

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La dislexia puede presentarse de manera muy leve en algunas ocasiones, por lo que esas personas suelen tener menos problemas en otras áreas de lenguaje oral y escrito.

Test para detectar dislexia

Cuando se sospecha que un niño puede ser disléxico es común que el profesional a cargo realice una entrevista con la familia. En esta se repasan puntos fundamentales del crecimiento, como algunos hitos del desarrollo, la genética, la escolarización y las circunstancias que le han llevado a la familia a pensar que puede existir una dislexia.

Tras descartar deficiencias sensoriales o cognitivas que expliquen el déficit en la lectura mediante exámenes visuales y auditivos, el especialista pasará a realizar algunas pruebas.

Pruebas preliminares

Las primeras pruebas suelen ser para  obtener su CI global, así como la capacidad de cálculo y estimación en procesos como la memoria de trabajo, la velocidad de procesamiento, el razonamiento perceptivo o la comprensión oral. Para esto se suelen utilizar diferentes métodos:

  • Escala de Inteligencia Wechsler o WISC-IV
  • Test K-ABC de Kaufman
  • Escala infantil Wechsler o WPPSI-III
  • Test de Matrices Progresivas de Raven
  • Toni-e

Pruebas específicas

Pasadas estas evaluaciones iniciales y determinado que existe un problema que aun no posee explicación, se pasa al análisis específico de la lectoescritura, para lo cual se utilizan numerosos test como:

  • EDIL: se trata de una prueba en la que se evalúa la exactitud, la comprensión y la velocidad lectora.
  • TALE: constituido por varias pruebas de lectura y escritura, este testeo permite valorar rápidamente el nivel general del individuo en dichas tareas.
  • TCP, Test de procesos de comprensión: prueba que permite evaluar el nivel de comprensión lectora en niños de entre 10 y 16 años.
  • DST-J. Test para la detección de la dislexia: es una batería breve de screening o detección rápida de la dislexia que se aplica desde los 6 años y medio, hasta los 11 años.
  • PROLEC-R: este test es utilizado de primer a sexto grado de primaria para evaluar los procesos lectores, es decir, la capacidad lectora y las estrategias que sigue el sujeto para leer, por lo que también se pueden observar qué mecanismos se encuentran alterados.
  • PROLEC-SE: en este caso se evalúan los procesos léxicos, sintácticos y semánticos implicados en alumnos de primer a cuarto año de secundaria.
  • PROESC: test que evalúa los procesos implicados de la escritura desde el tercer grado de primaria, hasta el cuarto año de secundaria.

Estas son solo algunas de las pruebas que puede requerir el especialista para hacer el diagnóstico diferencial de la dislexia evolutiva. De igual forma, el especialista podrá llevar a cabo otras pruebas para determinar si un niño en realidad posee dislexia.

Independientemente de los medios utilizados para realizar una adecuada evaluación de la dislexia, es imprescindible valorar procesos específicos relacionados con la lectura. De esta forma se obtiene la clave para orientar el programa de intervención.

Durante la evaluación del niño también se puede incluir la evaluación de otras capacidades psicomotrices.

Consecuencías de la dislexia

Al hablar de un trastorno que afecta aspectos tan importantes para el ser humano, como lo son la capacidad de procesar textos, escribir, o simplemente comunicarse, la dislexia suele tener varias consecuencias.

Las consecuencias que conlleva padecer dislexia pueden dividirse en tres grandes aspectos:

Dificultad para aprender

La lectura es un aspecto básico para adquirir conocimientos y, en consecuencia, aprender nuevas habilidades. Al existir una dificultad para la lectura, el niño con dislexia posee una desventaja en relación a los otros niños, puesto que le será más difícil seguir el paso de enseñanza común.

Problemas sociales

La dislexia puede provocar problemas más allá de la enseñanza. Si este trastorno no es tratado, puede causar baja autoestima, por lo que el niño o adolescente podrá presentar problemas de conducta, ansiedad, agresividad, reclusión hacia amigos, familiares o maestros.

Déficit de desarrollo

Si durante el crecimiento el joven experimenta rechazo o una gran dificultad para aprender, este puede presentar los comportamientos mencionados en el punto anterior. Actitudes como esas pueden inducir a la persona a un estado de depresión por no poder alcanzar su potencial.

Las consecuencias a largo plazo de que un niño se vea impedido para lograr impulsar todo su potencial, pueden ir desde lo educativo, pasando por lo social, hasta lo económico.

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La gente con dislexia tiene muchos problemas con la escritura y la ortografía.

¿Cómo ayudar a un niño con dislexia?

Los niños suelen comenzar a leer cuando están en el primer grado de primaria, el jardín de infancia o incluso antes, pero aquellos que poseen dislexia no podrán comprender las nociones básicas de esta actividad, propias de esta etapa. Si este trastorno no es diagnosticado y tratado en la infancia, los problemas y dificultades que este conlleva se extenderán incluso hasta la edad adulta.

Consulta a tu médico si tu hijo presenta dificultades para leer, si su nivel de lectura se encuentra por debajo de la media para su edad o si presenta cualquier otro signo de dislexia.

Es importante que no regañes a tus hijos si poseen dificultades para procesar la información. Recuerda que ellos hacen un gran esfuerzo por entender lo que para otros niños es completamente normal.

Lo mejor que puedes hacer si sospechas que uno de tus hijos posee dislexia, es pedir ayuda profesional. Los psicólogos o expertos en el tratamiento de trastornos del aprendizaje podrán darte las directrices a seguir para que puedas ayudar a tu hijo en su camino académico.

Asegúrate de que el niño con dislexia no se sienta menos que sus compañeros, habla con él, explícale su situación y hazle entender que puede llegar a ser tan exitosos como lo desee. Si los problemas empeoran a medida que avanza la educación primaria, busca ayuda extra para él.

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La imagen de padres comprensivos y dispuestos a ayudar, suele ayudar a disminuir los niveles de estrés en los infantes.

Tratamiento para dislexia

Lamentablemente no existe un tratamiento mágico para la dislexia. Pero, con el apoyo adecuado la mayoría de los niños con dislexia aprenden a leer y desarrollar estrategias que les permiten ir a la par de sus compañeros en clases regulares.

El tratamiento para la dislexia es básicamente trabajar junto a un profesor de apoyo, tutor o educador psicopedagógico que se especialice en el área.

De esta forma el niño podrá obtener las herramientas necesarias para aprender a leer y escribir, a la vez que gestiona las dificultades presentes en su condición.

Si su hijo presenta sintomatología propia de la dislexia, es posible que su pediatra le recomiende un educador psicopedagógico (terapeuta educacional), un terapeuta del lenguaje, o algún otro profesional formado específicamente para trabajar con niños disléxicos.

Leyes estadounidenses otorgan a niños con dislexia y otros tipos de problemas de aprendizaje, el derecho a recibir una ayuda especial en las escuelas públicas. Entre estas ayudas figura una instrucción especializada, tiempo adicional para hacer exámenes y deberes, y ayuda para tomar apuntes.

¡Lo más importante es que se realice una detección temprana!

Cuanto antes se ofrezcan las herramientas necesarias para ayudar a los niños con dislexia a adaptarse al proceso de aprendizaje, estos tendrán mayores probabilidades de que optimicen sus recursos mentales y puedan desarrollar una vida plena.

El apoyo emocional es realmente importante para animar a los pequeños con dislexia.

¿Cómo se cura la dislexia?

Los niños con dificultades lectoras suelen evitar leer, ya que les supone un gran esfuerzo, lo que consecuentemente les resulta muy estresante. A raíz de esto muchos pequeños desaprovechan valiosas oportunidades para practicar la lectura y, como consecuencia, van quedando cada vez más atrás en comparación con sus compañeros de clase.

Seguramente si tienes un hijo, familiar o amigo con este padecimiento, te has preguntado si puede curarse, la respuesta a esto es no. Pero, a pesar de que la dislexia no tiene cura, si se presenta una intervención a temprana edad, se pueden producir resultados realmente positivos.

Tu apoyo es muy importante a la hora de fomentar el esfuerzo de tu hijo en la lectura. Ayudarlo a leer cuando están en casa puede hacer que la actividad resulte más amena que frente a un grupo de personas.

Trata de ofrecer oportunidades a los niños con dislexia para que desarrollen su confianza en sí mismos. Esto puede ser de gran ayudar para que destaquen en otras actividades como los deportes, el arte, entre otros.

Los trastornos del aprendizaje no son un “no” al éxito. Hay artistas, atletas, científicos, emprendedores, médicos, abogados y estadistas que han logrado grandes cosas a pesar de sus problemas con la lectura.

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La dislexia es un trastorno crónico, por lo que estará presente a lo largo de toda la vida.

Al entender que la dislexia es un tipo de discapacidad del aprendizaje, podemos comprender mejor a nuestros hijos y brindarles ayuda oportuna. Así mismo, algunas personas, con mucho tiempo y esfuerzo, hallan la manera de convivir con la dislexia.

Esta condición no desaparecerá sola o con el paso del tiempo. Pero afortunadamente, con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas aprenderán a leer y utilizar diversas estrategias a lo largo de sus vidas.

¡No todos los casos de dislexia serán iguales, por lo que deberás tener paciencia y comprensión con tu pequeño!

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