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Fábula de la Cigarra y la Hormiga

Cuentos y fabulas para niños: La fabula de la hormiga y la cigarra

La fábula de la Cigarra y la Hormiga es un hermoso cuento para niños. Una maravillosa historia sobre el valor del trabajo, y la planificación en contra posición al exceso de confianza del momento presente y la vagancia.  Si bien este cuento infantil no trae el clásico final feliz, es una historia muy bonita que todo niño debe conocer. Ideal para que tus hijos entiendan el valor de no confiarse en lo holgado de una situación actual que parece fácil y grata (“el verano”) sino comprender el valor del trabajo y la planificación a futuro.

Moraleja de la fábula la cigarra y la hormiga

La Cigarra y la Hormiga es un cuento infantil con moraleja, es decir, nos deja a grandes y a chicos un conjunto de enseñanzas para hacerle frente a la vida.

La fábula de la Cigarra y la Hormiga les enseñará a tus niños:
1. Por más grato que sea: ¡No hay que confiarse en el presente! (el verano siempre pasa)
2. Que las situaciones cambian continuamente, hay momentos cómodos y los más difíciles. (en la vida hay altibajos, en el cuento están representados por las estaciones, hay inviernos y veranos)
3. Aprovechar los momentos cómodos para prepararse y anticipar los momentos difíciles. (Aprovechar el verano para preparase al invierno)
4. Identificar los buenos momentos, tanto para trabajar como los buenos momentos para descansar.
5. La planificación es muy importante, saber que va a venir el invierno y como evitar vernos perjudicados.
6. El trabajo da sus frutos, y es en los momentos más difíciles con planificaciones tendremos esa ventaja para disfrutar.
7. ¡No hay que confiarse!

La fábula de la Cigarra y la Hormiga

La cigarra era muy feliz disfrutando del verano: Las flores desprendían su aroma, el sol brillaba…y la cigarra cantaba y cantaba muy feliz. Mientras tanto su vecina, una pequeña hormiga, pasaba el día entero trabajando, recogiendo alimentos.

– ¡Hola amiga hormiga! ¿No te cansas de trabajar tanto? Disfruta el verano, descansa un rato conmigo mientras canto algo para ti. – Le dijo la cigarra a la hormiga.
– Deberías dejar de tanta holgazanería, sería mejor que juntases provisiones para el invierno – le respondía siempre la hormiga, mientras continuaba atareada transportando su comida.

Pero, la cigarra se reía y seguía cantando sin hacer caso a su amiga la hormiga. Mientras la hormiga continuaba almacenando comida y yendo de un lado a otro.

Un día llego el invierno, y al despertarse sintió el frío intenso. Los árboles se habían quedado sin hojas y del cielo ya caían copos de nieve. La cigarra vagaba por el campo, helada, hambrienta y desesperada. A lo lejos vio la casa de su vecina la hormiga, y se acercó a pedirle ayuda.

– Amiga hormiga, tengo frío y hambre, ¿no me darías algo de comer? Tú tienes mucha comida y una casa caliente, mientras que yo no tengo nada.

La hormiga entreabrió la puerta de su casa para evitar que el calor se saliera y le dijo a la cigarra: – Dime amiga cigarra, ¿qué era lo que hacías tú mientras yo madrugaba para trabajar? ¿Qué hacías mientras yo llevaba los granos de trigo de acá para allá?
– Cantaba y cantaba bajo el sol – contestó la cigarra.
¿Acaso no viste lo duro que trabajé mientras tú jugabas y cantabas? – Exclamó la hormiga, mientras le mostraba a la cigarra que no había sitio en su hormiguero para ella.

Y fue así que la cigarra tuvo que seguir vagando muerta de frió, buscando de un refugio donde poder pasar el invierno, lamentándose por la actitud perezosa e infantil que la había llevado a esa situación.

Moraleja:

Si quieres pasar bien el invierno, debes aprovechar el tiempo.

 

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