En una época donde hablar de belleza o la competencia por ser la mas hermosa es algo común, muchas madres terminan haciéndose la gran pregunta cuando la pubertad de la niña se acerca ¿Debo hablar con mi hija sobre su cuerpo?, y la respuesta es: Si. Salvo que debes hacerlo de una manera sutil.
Sin duda una madre es y será la mejor amiga que una niña puede tener, es por ello que consideramos que es importante que esa educación sobre su cuerpo vaya de la mano de la persona que mas la ama en el mundo y la cual no quiere nada negativo para ella.
Es importante que sepas que para hablar sobre el cuerpo con una niña no nos referimos a su forma, si no a como funciona, solo de esta manera aprenderá a amarlo tal y como es y evitarás que desarrollo frustraciones a futuro.
Para ilustrarte un poco sobre esto te dejamos a continuación un texto que se ha viralizado muchísimo en la red, es de la Pedagoga María Montessori una revolucionaria educadora nacida en 1870 y que dejo un hermoso legado sobre la belleza espiritual de la mujer. La cual consideramos que debes enseñarle desde muy pequeña, para criar a una mujer independiente y segura de si misma.
No hables con tu hija sobre su cuerpo, enséñale como funciona
No hables con tu hija sobre su cuerpo, salvo para enseñarle cómo funciona. No hables con tu hija sobre su cuerpo. No le digas nada si ha perdido peso. No le digas nada si ha subido de peso. Si crees que el cuerpo de tu hija se ve genial, no lo digas. He aquí algunas cosas que puedes decirle en su lugar:
“¡Te ves muy saludable!”, es una muy buena opción.
¿O qué tal: “Te ves muy fuerte”? O: “Se nota que eres feliz: brillas”. Mejor aún: halaga algo en ella que no tenga nada que ver con su cuerpo.
Tampoco hagas comentarios sobre el cuerpo de otras mujeres. No. Ni uno solo; ni positivo ni negativo. Enséñale a ser amable con los otros, pero también a ser amable consigo misma.
No te atrevas a hablar sobre cuánto odias tu cuerpo frente a tu hija, o a hablar sobre tu nueva dieta. Mejor aún, no hagas dieta frente a tu hija. Compra comida saludable. Prepara comidas saludables. Pero, no digas “por ahora no estoy comiendo carbohidratos”. Tu hija no debe de pensar que los carbohidratos son malos, porque sentir vergüenza por lo que comes solo se traduce en sentir vergüenza de ti misma.
Anima a tu hija a correr porque eso la hace sentirse menos estresada. Anímala a subir montañas porque no hay ningún lugar mejor para explorar su espiritualidad que la cima del universo. Anímala a surfear, a escalar paredes o a andar en bicicleta de montaña porque la atemoriza, y eso a veces es algo bueno.
Ayuda a tu hija a amar el fútbol, a remar o el hockey, porque los deportes hacen de ella una mejor líder y una mujer más segura de sí misma. Explícale que no importa qué edad tenga, nunca dejará de necesitar saber jugar bien en equipo. Nunca le hagas jugar o practicar un deporte que no adore por completo.
Demuéstrale que las mujeres no necesitan de un hombre para mover muebles. Enséñale a cocinar. Herédale la receta de tu mamá de ese pastel de café de Navidad. Herédale tu amor por pasar tiempo al aire libre.
Quizá tú y tu hija tengan muslos gruesos o una caja torácica ancha. Es fácil odiar estas partes del cuerpo tan lejos de la talla cero. No lo hagas. Dile a tu hija que, si quiere, con sus piernas puede correr un maratón, y que su tórax no es otra cosa que un buen estuche para cargar unos pulmones fuertes. Puede gritar, puede cantar y puede levantar el mundo, si quiere.
*Recuérdale a tu hija que lo mejor que puede hacer con su cuerpo es usarlo para mover su hermosa alma.*
María Montessori
Como vez este hermoso texto viene a dejarnos una valiosa enseñanza para nuestras jijas, lo importante siempre estará en que le demuestrés a tu hija lo importante de una vida sana y un cuerpo que lo este. La actitud y la manera como afrontas la vida será el ejemplo y el mejor legado que como madres le puedes dar.
wooowww…. ahi muchas cosas de niñas q no sabia 😛
Que genial amiga pero de la mano siempre la humildad y simplemente amarse y enseñarla amar siempre
Enterada para ponerlo en practica con mi princesa