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¿En qué consiste la etapa del alumbramiento y cuánto tiempo dura?

fase del alumbramiento

Una de las inquietudes más frecuentes que toda futura mamá experimenta a medida que se acerca el nacimiento de su bebé, es cómo será el parto. Aunque cada experiencia o proceso de parto es distinto, todas atraviesan por las mismas etapas de parto, las cuales se dividen en: dilatación, expulsivo y alumbramiento. En cada una de ellas, nuestro cuerpo enfrenta una serie de cambios importantes para prepararse ante el inminente nacimiento del bebé.

Al referirse al parto, normalmente se habla del trabajo de parto, el cual trascurre en la etapa de la dilatación y corresponde a las contracciones, la dilatación del cuello uterino y el descenso del bebé hacia el canal del parto. Asimismo se hace alusión a la fase del expulsivo, es decir el nacimiento del bebé. Pero contrario a lo que muchas mujeres embarazadas suelen pensar, el parto no termina con el nacimiento del bebé.

El alumbramiento es la tercera etapa del parto y ocurre entre el nacimiento y explusión de la placenta

Una vez que éste nace, comienza un nuevo proceso en el cual se produce el desprendimiento y expulsión de la placenta. ¿En qué consiste la etapa del alumbramiento? ¿Cuánto tiempo dura la tercera etapa del parto? ¿Cómo se produce la expulsión de la placenta? Te explicamos en qué consiste la etapa del alumbramiento o expulsión de la placenta durante el momento del parto y resolvemos todas tus inquietudes.

¿Qué es el alumbramiento?

Aunque muchas veces se utiliza el término alumbramiento para referirse al parto en sí, desde el punto de vista médico este corresponde a la última etapa del parto, la cual transcurre entre el nacimiento del bebé y la expulsión de la placenta y de las membranas ovulares. En la mayoría de los casos, las primeras contracciones hacen que la placenta y todos los tejidos de las membranas se desprendan espontáneamente de la pared uterina para facilitar su posterior expulsión.

alumbramiento que es
La tercera y última etapa del parto normalmente se produce durante la media hora posterior al parto.

¿En qué consiste la etapa del alumbramiento?

Minutos después del nacimiento del bebé, cuando ya se ha cortado el cordón umbilical y el bebé es entregado por primera vez a la mamá, el útero comienza a contraerse nuevamente para que la placenta se desprenda de las paredes uterinas y pueda expulsarse espontáneamente junto a la bolsa amniótica.

Se trata de un proceso natural que suele suceder 10 o 15 minutos después de la salida del bebé, y se manifiesta en forma de contracciones más suaves a las que se experimentan en el parto. Dichas contracciones, son las encargadas de hacer todo el trabajo, es decir desprender la placenta de las paredes uterinas y facilitar su descenso hacia la parte inferior del útero y la v@gina, para que pueda ser extraída.

La etapa del alumbramiento inicia cuando la futura mamá expulsa la placenta, las membranas y el cordón umbilical.

La etapa de alumbramiento y expulsión de la placenta suele durar entre 30 minutos y 1 hora, y una vez que es expulsada en su totalidad, el útero materno comienza a contraerse para reducir su tamaño, cerrarse y evitar un posible sangrado como consecuencia de la herida que la placenta dejó en la pared uterina al desprenderse.

En el caso de que se haya producido, el equipo médico se encargará de cerrar o suturar cualquier desgarro o de realizar la episiotomía justo después de haberse dado la expulsión de la placenta y demás tejidos.

alumbramiento y contracciones
Las contracciones son menos intensas y más cortas que las contracciones que se experimentan durante el trabajo de parto.

¿Cómo se alumbra o expulsa la placenta?

Aunque se trata de una etapa natural y espontánea del organismo, es posible que el equipo médico que esté asistiendo a la mamá participe en el proceso realizando un masaje en el área del útero para ayudar a la mamá a expulsar la placenta, pero también es posible que esta requiera de una intervención especial por parte del médico en caso de dificultarse el desprendimiento o presentarse una hemorragia.

Existen dos formas de alumbrar o expulsar la placenta, las cuales se dividen en: Alumbramiento natural y alumbramiento artificial.

Alumbramiento natural

El alumbramiento natural es aquel en el que, luego de experimentarse las contracciones uterinas, la mamá es capaz de expulsar la placenta y las membranas ovulares gracias a sus esfuerzos y a la presión ejercida en el fondo del útero por el médico. Asimismo, coincide con la evaluación cuidadosa del médico para comprobar la integridad de la placenta y de las membranas.

  • Jalar del cordón cuidadosamente: Una de las formas menos invasivas para expulsar la placenta, consiste en jalar levemente del cordón umbilical como mucho cuidado para evitar que este se rompa. También es común que el médico le pida a mamá hacer su mejor esfuerzo para pujar, de modo que la placenta como el resto de los tejidos sean expulsados sin dificultad.
  • Evaluar el color, forma y dimensión de los tejidos: Una vez haya sido expulsada la placenta de forma espontánea, el equipo médico evalúa su aspecto para comprar que fue expulsada completamente, ya que de lo contrario, los restos podrían provocar hemorragias importantes. También observan otro tipo de características que los ayude a determinar otros datos acerca del estado del bebé, como si este está bien alimentado o no.
alumbramiento etapa de parto
El útero se contrae de nuevo para expulsarlas, pero las contracciones son más suaves que las del parto.

Alumbramiento artificial

Existen ocasiones en las que la placenta no se desprende espontáneamente, por lo que es necesario que el equipo médico intervenga y lleve a cabo un alumbramiento artificial. Cuando la placenta no se ha desprendido media hora después del nacimiento por sí sola o se ha producido sangrados importantes, el médico practicará un alumbramiento artificial, el cual tiene lugar con la administración de anestesia epidural o general.

Si la mamá ha dado a luz con anestesia epidural, el médico procederá de inmediato a extraer la placenta manualmente. Pero si por el contrario no se ha utilizado la anestesia para el parto, la mamá es trasladada a un quirófano para hacer la extracción con la administración de anestesia general.

A través del alumbramiento artificial la expulsión de la placenta es mucho más rápida y se reducen las posibilidades de que se produzca una hemorragia.

También se puede dar el caso de que la placenta se encuentre muy adherida a las paredes del útero, por lo que médico bien puede llevar a cabo un legrado para asegurarse de que no ha quedado ningún resto de tejido en el útero. Durante este proceso, el médico introduce su mano en la v@gina hasta llegar al útero para desprender la placenta y extraerla.

Luego de esta primera intervención, el médico realiza una revisión uterina introduciendo nuevamente su mano para comprobar por medio del tacto que este se encuentra completamente vacío, ya que de lo contrario pueden surgir infecciones o hemorragias. Si te practicaron una episotomía o has sufrido algún desgarro, el médico procederá a coser la zona y en el transcurso de una semana, las molestias serán mínimas.

¿Cuándo se recurre al alumbramiento artificial?

Por lo general, el lapso de tiempo que los ginecólogos tienen estimado para que la placenta se desprenda espontáneamente es de 30 minutos, pero si el riesgo de hemorragia es muy latente, éstos no esperan más de 15 minutos para llevar a cabo el alumbramiento artificial, ya que así pueden reducir al máximo el riesgo de complicaciones y hemorragias.

¿Cómo son las contracciones durante la etapa del alumbramiento?

Dependiendo de si la mamá recibe la anestesia epidural, las contracciones en esta etapa del parto pueden ser un poco molestas y dolorosas, pero en menor intensidad y duración a las de la etapa de dilatación. De hecho, con la emoción de tener a su bebé por primera vez en brazos, muchas mamás apenas las notan. En cuánto a la duración de las mismas, están pueden prolongarse durante apenas 10 o 30 minutos, pero también es posible que se alarguen por 1 hora.

¿Cuáles son los posibles riesgos de la fase de alumbramiento?

El alumbramiento es un proceso natural pero a la vez muy delicado porque la placenta suele recibir mucha sangre. Es por ello que cuando se presenta una dificultad para expulsarla, el ginecólogo actúa de inmediato, ya que es una de las causas más frecuentes de hemorragias postparto.

En los partos donde no hay presencia de atención especializada, las hemorragias después del parto son una complicación seria, que puede llegar a costar la vida de la madre, de hecho es una de las causas más frecuentes de muerte materna en lugares donde no hay equipo médico o especialistas capacitados.

Por suerte, hoy en día se dispone de muchas herramientas y técnicas para evitar las hemorragias tras el parto, de hecho se consigue controlar en prácticamente todos los casos, por lo que la mortalidad materna por esta causa ha disminuido considerablemente al mínimo.

El contacto piel con piel es fundamental durante esta etapa

Tras el nacimiento del bebé, las sensaciones que se experimentan pueden variar mucho de mamá a mamá, pero casi siempre son de cansancio, sed, escalofríos, alivio, ansiedad y una emoción indescriptible por tener al bebé en brazos. Para que la última fase del parto pueda darse con mayor facilidad, es necesario que la mamá se encuentre cómoda, tranquila y confortable.

En ocasiones, adoptar una posición vertical puede facilitar la salida de la placenta, ya que la sensación de peso en la v@gina activa nuevamente las ganas de pujar y expulsar la placenta y demás tejidos que se encuentren en el útero.

Aunque la sensación de la expulsión no es molesta, sí pueden serlo las contracciones que la facilitan, es por ello que la presencia del bebé y el contacto piel con el piel en estos momentos son el estímulo que el cuerpo de la mamá necesita para producir suficiente oxitocina y poner en marcha las contracciones que den lugar a la expulsión de la placenta y al cierre completo del útero.

alumbramiento contacto piel con piel
Cuando se produce la tercera etapa del parto en ausencia del bebé, es muy probable que el mismo tarde mucho en producirse y exista un riesgo de hemorragia postparto latente.

Alumbramiento dirigido: La recomendación de la OMS

En la actualidad, los expertos y organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Española de Pediatría recomiendan realizar un alumbramiento dirigido a través de la administración de oxitocina intravenosa, ya que se ha demostrado que es una medida segura para disminuir el riesgo de hemorragia postparto al 60% y facilitar la expulsión de la placenta para reducir la duración de esta etapa.

Puesto que el aumento en los niveles de oxitocina cumple un papel fundamental para que se inicien nuevamente las contracciones, la mamá puede elegir un alumbramiento dirigido o activo para lograr el pico de oxitocina que necesita y facilitar el proceso.

El uso de oxitocina durante la etapa del alumbramiento ayuda a disminuir el sangrado materno y evita la anemia pos­parto

En caso de que la placenta no se desprenda, el equipo médico hará una extracción manual haciendo uso de la anestesia epidural, pues se trata de un procedimiento bastante molesto y doloroso. Si el alumbramiento es dirigido, la expulsión de la placenta suele producirse en el transcurso la primera media hora después del nacimiento, mientras que si es un alumbramiento espontáneo, este puede demorar hasta 60 minutos.

Siempre y cuando el riesgo de hemorragia sea bajo, el alumbramiento natural y espontáneo es una alternativa segura para las mujeres que lo deseen, por lo que es la mamá quien decide cuál método prefiere usar para llevar a cabo esta última etapa del parto.

Al finalizar la etapa de alumbramiento, ya podrás reunirte con tu bebé. Aunque estás agotada, tomar a tu bebé en brazos tras el parto es un momento muy especial, pues es la primera que puedes acariciarle y conocerle. Ese primer contacto madre e hijo es único y te hará sentir mucho mejor.

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