Aunque hay noticias que te pueden cambiar la vida por completo, la de «vas a ser mamá» sin duda alguna, se encuentra en el primer lugar de la lista. Y es que desde el primer instante en el que sentimos al bebé creciendo en nuestro vientre, comenzamos a pasar noches enteras en vela.
Algunas noches es imposible dormir debido a esas inquietudes y dudas que no se van nunca. Otras, en cambio, es ese inigualable amor de mamá que usa las horas de insomnio para cuidar y proteger el sueño de nuestro bebé.
Las noches de insomnio y de desvelo de toda madre comienzan desde mucho antes de tener el bebé en brazos
Ser mamá es igual a no dormir, a preocuparnos y a pasar largas noches en vela, pues al igual al amor que tenemos por nuestros hijos, el desvelo de una madre es eterno. Más allá de lactancia y el cambio de pañales, es increíble como podemos pasar noches sin dormir porque queremos proteger y cuidar el sueño de nuestros pequeños.
Aunque no todas las mujeres vivimos la maternidad de la misma forma, el desvelo de cualquier madre es proporcional al amor que sienten por sus hijos, y es que seríamos capaces de hacer cualquier cosa por ellos.

El rol de madre es distinto, el amor no
No todas las mujeres reaccionamos igual, ni podemos experimentar las mismas experiencia, pero sí sentir el amor de madre por igual. Por un lado están las futuras mamás que comienzan a ser hipocondríacas. Por el otro, las que pueden pasar el embarazo y los primeros meses del bebé de manera más tranquila y calmada.
Sea cual sea la situación por la que te sientas identificada, debes saber no hay ningún problema en vivirlo de forma distinta, pues la querencia de un niño por una madre, se vale desde cualquier perspectiva.
Es muy común, y sobre todo en las primeriza, que las mamás sientan nervios cuando el bebé da sus primeras pataditas. De hecho, son numerosos los casos de madres que han pasado las noches en vela por algunas preocupaciones y cuando acuden al pediatra son informadas de que todo está marchando tal y como se espera.
Este desvelo tan común y repetitivo en nosotras las madres, no es algo que le sucede sólo a algunas, pues comienza incluso desde el embarazo y no termina sino hasta varios años después.
Veamos todos los esfuerzos y desvelos que comenzamos a experimentar, cuando incursionamos en el mundo de ser mamás.

Desvelo durante el embarazo
En algunas ocasiones las embarazadas no sienten ningún cambio en su rutina diaria, además de acudir al ginecólogo, pero conforme comienzan a pasar las semanas, las emociones y los sentidos se agudizan ante cualquier cosa.
Luego de los dos primeros trimestres, las idas al baño, los calambres y los mareos comienzan a ser constantes, en especial cuando se acercan la fecha de parto, y la ansiedad que sentimos es mucho mayor.
Para evitar las preocupaciones de más, lo mejor que puedes hacer, es aprovechar al máximo cada visita al especialista, preguntarle cuales son las posturas ideales para dormir en las últimas semanas, que medicamento puedes tomar y que alimentos no te generarán nauseas.

Las noches de desvelo cuando el bebé nace
No hay nada más maravilloso y hermoso que cargar a tu pequeño recién nacido en tus brazos. Pero lo cierto es que los primeros meses no son para nada sencillos: cambiar al bebé 8 veces por día, darle de comer y acostarlo a dormir, probablemente te dejará desbastada.
La regla número uno que debes tomar es dormir mientras él lo hace, come cuando alguien te preste compañía y ármate de mucha paciencia. Recuerda que cada etapa del bebé se supera rápidamente y luego extrañarás que tú bebito dependa de ti para hacer absolutamente todo.
Desvelo ante la primera fiebre o diarrea
Los bebés son muy sensibles y susceptibles en sus primeros meses, y acá es donde más «sufrimos» las madres. Su primera fiebre o su primera diarrea nos genera un estrés terrible, al punto de quitarnos el sueño.
Si bien es inevitable no preocuparse por lo que le suceda al niño, la paciencia y como combatir sus enfermedades son dotes que te irán dando la experiencia de ser madre.
El amor siempre derrota al cansancio
Seguramente te ha pasado más de una vez, tu niño luego de haber pasado en vela toda la noche, y tú igual; pero comienza a mostrar mejoría o supera un cuadro viral y pareciera que tú has recargado energías al máximo.
El rol de ser madre es simplemente maravilloso y absolutamente todas las preocupaciones y querellas que se nos presente mientras estamos criando a nuestro bebito, se olvidan con la sonrisa y mirada que estos nos ofrecen.

Tips que te ayudarán a contrarrestar el desvelo y el estrés
- Dedica una hora del día para ti: Si eres de esas madres que les encanta pintarse las uñas o arreglarse el pelo, hazlo. No hay nada más lindo que una madre que transmita frescura.
- Si ya hablaste con el médico y la enfermedad por la cual está atravesando tú bebé es viral !No te alteres! Haz el tratamiento adecuado, tal y como lo recetó el doctor.
- No temas en pedir ayuda, algunas madres les gusta tener control absoluto sobre el bebé y todo lo que representa cuidarlo, pero debes entender que si tu mamá, tu esposo o cualquier otro pariente puede ayudarte, no temas en hacerlo.
- ¡No busques respuestas ni opiniones de personas que desconocen de un tema! El cuidado del bebé es algo muy delicado, y ante cualquier síntoma que presente tu niño, lo mejor es acudir al especialista o escuchar consejos de otras madres, pero no los aceptes ni te extralimites, por consejos de personas que ni siquiera tienen niños.
- Trata de ir regulando las horas de sueño y de comida, si bien cuando son muy pequeños, es normal que el desvelo aparezca, debes procurar que este duerma por la noche, porque si toma una siesta de 6pm a 9pm ¿Realmente crees que pasarás una noche tranquila?
¿Te sentiste identificada? Sabemos que el rol de ser madre, además de ser hermoso no cualquiera lo ejerce a cabalidad.
La paciencia, el amor y las risas de tu bebé hará mucho más fácil el camino, las preocupaciones durante la crianza siempre estarán, pero las herramientas que necesitas, las irás aprendiendo en el camino.
El desvelo de una madre es un esfuerzo único que debemos valorar, porque se trata de un tiempo muy valioso que está dedicado únicamente para que los pequeños estén en perfectas condiciones.