Durante los pasados 11 meses hemos cuidado de la alimentación de nuestro hijo, no es momento de olvidarnos de este aspecto tan importante en su desarrollo. Mes a mes los niños cambian, y su alimentación también, por lo que debemos vigilar que estemos proporcionándole alimentos adecuados para bebés de 1 año.
El primer cumpleaños de un niño es un gran paso en su crecimiento. De hecho, al cumplir doce meses podríamos decir que nuestro bebé pasa a ser un niño, por lo que se va haciendo cada vez más independiente.
Con el primer aniversario de su nacimiento, nuestro bebé ya coordina muy bien sus movimientos. Gracias a esto posee la habilidad suficiente para tomar los alimentos por sí mismo, ya sea con cubiertos, o con sus manos.
Finalmente ha llegado el preciado momento en que nuestro bebé podrá sentarse a la mesa y comer los mismos alimentos que nosotros. Sin embargo, para seguir protegiendo su desarrollo, es recomendable seguir teniendo algunas previsiones, continúa leyendo para enterarte cuáles son.
¿Qué alimentos para bebés puedo ofrecer a mi hijo de 1 año?
La dentadura de nuestro pequeño se irá completando hasta los primeros molares a los largo del año, por lo que ya será capaz de morder y masticar cada vez mejor. Por otro lado, es recomendable repasar la lista de alimentos para bebés de 1 año y verificar la incorporación de algunas nuevas y nutritivas comidas.
Es muy importante vigilar la calidad y salubridad de los alimentos que ofrecemos a nuestros hijos, así estaremos cuidando su nutrición y su salud.
Dejando a un lado los alimentos que tu hijo consume desde hace algunos meses, conoce cuáles son aquellos que podrás incorporar a lo largo de este nuevo año:
Miel y chocolate
Si hemos sido cuidadosas, sabremos que en los pasados 11 meses debíamos alejar a nuestro bebé de la miel, por su alto riesgo de producir botulismo en infantes. Sin embargo, ha llegado la hora de poder ofrecer este ingrediente a nuestro bebé. A partir de los 12 meses, es seguro que nuestro hijo consuma miel en preparaciones o untada en algunas comidas.
Para aquellas madres amantes del chocolate que se vieron tentadas a ofrecer este delicioso alimento antes de cumplir el año, pueden estar tranquilas, porque ya pueden compartirlo con su bebé.
El chocolate podrá ser incluido en la dieta de los niños a partir del año, siempre cuidando que las porciones sean con moderación. Podemos preparar algunas comidas con toques de chocolate, sin embargo, no podemos exagerar y ofrecerle un trozo de torta como el de la famosa película Matilda.
Sal y azúcar
Al igual que en el caso de la miel y el chocolate, ya podemos incorporarlas en la dieta de los niños de un año, siempre y cuando sea en mínimas cantidades. Al incorporar al bebé a la mesa, es normal que consuma algo de sal y azúcar, sin embargo debemos procurar que sea con moderación
El riesgo de comer demasiada sal tal vez no se hace demasiado evidente durante la infancia. Pero, si queremos que nuestros niños se conviertan en adultos sanos, debemos comenzar a elaborar las comidas familiares con cantidades mínimas de sal. Esto nos beneficia a todos, recordemos que la sal en los platillos es algo más cultural que nutritivo.
Por su parte, el consumo excesivo de azúcar representa mayores problemas desde la infancia. Una ingesta excesiva de azúcar va de la mano de problemas como la caries dental o la obesidad infantil, por lo que debemos vigilar que la ingesta de endulzantes sea mínima y nunca antes de dormir.
Lácteos
¡Bienvenida la leche de vaca! Recordemos que antes estaba prohibida por el exceso de proteínas y minerales que podría representar para el bebé. Sin embargo, su desarrollo ya se encuentra en óptimas condiciones para tolerar este alimento.
La leche materna tiene alrededor de 1 gr de proteínas por cada 100 ml, mientras que la leche de fórmula posee algo más. Sin embargo la vencedora es la leche de vaca, con 3,3 gr de proteína por cada 100 ml.
Ya sea porque el niño consume leche materna y/o de vaca u otros animales, debemos verificar que la ingesta diaria sea de al menos 500 o 600 ml, ya que, de esta forma nos aseguramos de cubrir los 800 mg de calcio diarios, necesarios para su sano desarrollo.
Sin embargo, de estos 500 o 600 ml, solo 300 ml deben ser de leche materna o de formula. El restante consumo de lácteos puede ser en forma de leche completa, yogur natural, quesos frescos, o algunas comidas que contengan estos ingredientes.
Verduras de hoja verde
Las verduras que acumulan grandes cantidades de nitratos, como las acelgas, espinacas, las remolachas y el nabo, eran un no en la dieta del pequeño antes de año. Pero, como esta fecha ya paso, podemos incorporarlas en las preparaciones que consuma nuestro hijo, sin riesgo alguno.
Frutos secos
Los niños menores de cinco años no deben comer frutos secos ya que sus muelas no tienen todavía capacidad para triturar adecuadamente el maní, las nueces, las almendras, entre otras. Sin embargo, si se trata de frutos secos bien triturados o molidos, puedes ofrecerlos, tal es el caso de la mantequilla de maní o de almendras.
Al igual que en el caso de los mariscos, deberás prestar atención a los antecedentes familiares, ya que si existe un historial de alergias deberemos esperar a que pase su tercer cumpleaños.
Si observas alguna reacción desfavorable luego de que tu hijo pruebe una pequeña cantidad de frutos secos, acude inmediatamente a emergencias, o consulta con tu pediatra de confianza cuál es su recomendación antes de ofrecer este producto a tu pequeño.
Zumos
Si bien ya puedes comenzar a ofrecer zumos de frutas elaborados en casa a tu pequeño (nada de bebidas elaboradas con jugos ni mezclas hechas a base de polvo), lo ideal será no abusar de esto. La cantidad de jugo que beba tu hijo deberá ser de máximo 4 onzas (120 ml) al día.
Un exceso de jugo añade calorías sin aportar el valor nutritivo de otros líquidos como la leche materna
Huevo entero
Finalmente podremos incorporar la clara en la alimentación de nuestro pequeño. Si bien, la yema ya es conocida desde hace algunos meses para nuestro pequeño, la clara es mejor reservarlas hasta el año para evitar complicaciones.
Podrás ofrecerlo duro, revuelto, en tortilla o frito, siempre y cuando vigiles la cantidad de aceite presente.
Incorporación a lo largo del año
Si bien nuestro hijo ya puede consumir prácticamente todos los alimentos, lo ideal no será incorporarlos todos en una misma comida. En cambio, podemos establecer un tiempo de incorporación para cada uno de las nuevas comidas:
- 12 a 14 meses: se puede incorporar el chocolate y la miel (siempre en pocas cantidades).
- 15 a 17 meses: el pequeño puede comer muchos platos de la mesa familiar, como sopas de verduras enteras, legumbres, sopas de fideos, arroz en todas sus variedades (excepto con mariscos), carnes y pescados troceados en salsa, tortillas de huevo.
- 18 a 19 meses: el niño ya puede comer quesos (a excepción de los muy pasados, siempre deben ser quesos frescos y cuanto más naturales mejor). Este también es el momento ideal para incorporar cremas de frutos secos si no hay alergias familiares.
- 20 a 24 meses: al acercarse a su segundo cumpleaños, puede empezar a comer huevos fritos y verduras como las coles. Si no hay registros de alergias en la familia, puedes comenzar a incorporar pequeñas cantidades de pescado azul.
Llegado este punto deberás seguir manteniendo especial cuidado con los mariscos, los embutidos y los condimentos fuertes.
Gracias al desarrollo de su mandíbula, tu hijo puede comer cada vez trozos más grandes de alimentos. Por ello deberás motivarlo a dejar atrás las cremas y papillas, dejando estas últimas solo para algunos postres ocasionales.
Alimentos para evitar en bebés de 1 año
Ya prácticamente todos los alimentos son aptos para bebés de 1 año, sin embargo, aún es recomendable evitar algunos animalitos provenientes del mar. Nuestro hijo de 12 meses ya come pescado, sin embargo, como te recomendamos en entregas pasadas, el pescado ideal para los infantes es el pescado blanco. Para el pescado azul debemos esperar aún más.
El cadmio es otro de los componentes que debemos evitar incluir en la dieta de nuestro pequeñín. Aunque no nos suene muy conocido, puedes saber que está presente en las cabezas de gambas, langostinos y cigalas, o el cuerpo de crustáceos similares al cangrejo. Por ello, lo mejor será seguir retirando estos componentes de la alimentación de los bebés.
Debemos recordar que si en nuestra familia existe el historial de personas con alergias alimenticias a los productos de mar, lo más seguro para la salud de nuestro bebé, será que apenas pruebe estas comidas alcanzados los 3 o 4 años.
Debido a su alto contenido en mercurio, el pescado azul no es seguro para niños de un año. Pescados de gran tamaño, como el pez espada, el cazón, la tintorera, o el atún, no pueden ser incluidos todavía en la dieta de los más pequeños. Para esto aún deben pasar al menos 6 meses más, o idealmente un año.
Recuerda brindar alimentos frescos a tu hijo, nada de conservas, salsas compradas, golosinas o bebidas artificiales.
Nunca está de más recordar que si en casa son amantes de los condimentos fuertes o chiles, lo mejor será retirarlos mientras compartimos mesa con el bebé. De igual forma, lo más saludable será seguir evitando los alimentos fritos o grasosos. Si quieres trabajar con aceites la comida de tu hijo, lo mejor será optar por el de oliva.
¿Cómo alimentar a un niño de 1 año?
La alimentación y el menú de los niños y la relación con la comida cambian cuando cumplen doce meses, ya no son bebés, y por lo tanto, tienen nuevas necesidades nutricionales que debemos cumplir.
Una dieta saludable para un bebé de 12 meses debe incluir:
- 200 a 1300 Kilocalorías por día.
- 25 a 30 gr de proteínas al día.
- 100 a 160 gr de hidratos de carbono al día.
- 35 a 45 gr de grasa diarios.
La distribución energética entre las diferentes comidas debe ser:
- Desayuno: un 25%
- Comida: un 30%
- Merienda: un 15%
- Cena: un 30%
Recomendaciones de un menú diario para un bebé de 12 meses
El infante ya acepta casi todos los alimentos, además que come con nosotros a la mesa, es por esto que su estructura de alimentación se hace más a la par a la de los adultos. Pasará de un plato único, a una comida compuesta por un primer plato (verduras, papas, sopas, purés), un segundo plato (carne, pescado, huevo, todo ello acompañado de una guarnición) y finalmente un postre.
Pero no entres en pánico, te explicamos cómo adaptar esto a las raciones de tu hijo:
Desayuno
Para la primera comida del día podrás variar entre: lactancia materna o una taza de leche, entre 60 y 120 cc de cereales, o un vaso de zumo de naranja natural y sin azúcar.
Media mañana
Si es de tu agrado, podrás ofrecer una pequeña merienda a media mañana. Esta puede constar de un yogur natural pequeño, ½ rebanada de pan integral o media pieza de fruta.
Almuerzo
Para la comida más elaborada del día podrás estructurar de la siguiente manera:
- Primer plato: puede ser a base de arroz, pasta, verduras con papa, legumbres bien cocidas, trozos de verduras con carne o pescado.
- Segundo plato: carnes, derivados cárnicos, pescado o huevos, siempre en cantidades moderadas. Además, estarán acompañados de una guarnición de ensalada o verduras o papas (asadas, cocidas, en puré, o incluso fritas, pero bien escurridas). Es conveniente incluir al menos 3 veces por semana pescado (blanco o azul) y huevos, hasta tres veces por semana.
- Postre: Un yogur natural.
Merienda
Para la comida de la media tarde podrás optar por alguna papilla de frutas, o una taza con pequeños trozos de fruta, un par de galletas, o un zumo.
Cena
Finalmente, para la última comida del día, podrán escoger entre un biberón de leche con cereales o lactancia materna, media tortilla francesa, una loncha de jamón cocido, o un par de croquetas de pollo o pescado.
Las opciones de menús son casi infinitas. Ve variando la alimentación de tu hijo, trata de añadir nuevos sabores, texturas y colores. Él mismo te pedirá algunas comidas y juntos harán de esta etapa algo hermoso.
Siempre consulta al pediatra de tu hijo respecto a cómo abordar su alimentación, ya que no todos los niños se desarrollan de la misma manera, y tu hijo puede no adaptarse exactamente a este cronograma.
No solo se trata de qué alimentos podamos preparar para los bebés de 1 año. Se trata de seguir enseñándole cómo debe comer, conversar con ellos (aunque de su parte sean balbuceos), sonreírles, e incorporarlos a la mesa. En resumen, integrarlos cada vez más en las rutinas familiares y las costumbres de los adultos.
Recuerda que el momento de la alimentación debe ser agradable, no debemos provocar molestias o traumas a la hora de que nuestro bebé se alimente. Por ello, ten presente que debes mantener un estado de ánimo calmado y amable. Entiende que tu bebé cada día intenta adaptarse a nuevas experiencias, y eres tú quien dará el ejemplo de cómo debe comportarse ante tales situaciones.
