Durante la lactancia de tu bebé, hay momentos en los que notarás algún cambio o desajuste entre la oferta y demanda de leche. Estos cambios repentinos conocidos como crisis de lactancia y se deben al proceso natural de crecimiento de tu bebé.
Durante una crisis de lactancia tu bebé estará más inquieto y querrá amamantar continuamente
Cuando los bebés atraviesan por esta etapa de crisis de lactancia, demandan más tomas del leche y necesitan tomar el pecho mucho más seguido que antes.
¿Se habrá acabado mi producción leche? ¿Será que a mi leche ya no le sustenta bien? Son algunas de las inquietudes que suelen vivir las madres que atraviesan por la crisis de lactancia y crecimiento del bebé. Te explicamos todo lo que necesitas saber sobre este fenómeno y cómo puedes sobre llevarlo.
¿Qué es la crisis de lactancia?
La crisis de lactancia o brotes de crecimiento es un cambio en el ritmo regular de lactancia en los bebés, durante sus primeros meses de vida. Suele producirse a las 3 semanas, 6 semanas y 12 semanas.
Si bien la producción de leche depende de la succión del bebé, algunos bebés suelen atravesar por brotes de crecimiento que se caracterizan por irritabilidad, incomodidad del bebé mientras amamanta, llanto e insatisfacción con la cantidad de leche que toma.
El aumento del número de tomas debido a la crisis de lactancia es algo que puede preocuparnos mucho a las madres. Al notar que nuestro pequeño está insatisfecho con la cantidad de leche que produce, dudamos sobre nuestra capacidad de alimentarlo bien y caemos en el error de creer que necesitan complementar su tomas con leche de fórmula.
Al tratarse de una reacción inesperada por parte del bebé, las mamás pueden llegar a pensar que existe algún problema con su producción de leche
¿Por qué ocurren los brotes de crecimiento y la crisis de lactancia?
La razón por la que esto ocurre se debe, principalmente, porque el bebé está pasando por una etapa de crecimiento y necesita más leche para saciarse completamente.
Cuando comenzamos a dar de pecho a nuestro bebé, siempre vamos a tener la cantidad de leche que necesita al momento, por ello, nuestro pechos suelen ponerse duros y congestionados. Pero una vez que el bebé crece, nuestro cuerpo sólo produce lo que considera necesario.
A medida que el bebé crece, la lactancia va cambiando su composición y la forma en la que se produce
Para poder generar una producción diferente en la mamá y extraer la cantidad de leche que desea para satisfacerse, el bebé necesitará trabajar más. Este esfuerzo por parte del bebé, también ayudará a producir una leche con componentes adecuados para su edad de crecimiento. La buena noticia es que siempre habrá la disponibilidad de la leche que necesite mientras mantenga el ritmo de succión.
El crecimiento no es la única razón por la que el bebé experimenta la crisis de lactancia. La necesidad temporal de hacer más tomas también se presentan cuando los bebés están pasando por avances en su desarrollo, como gatear, rodar, dar sus primeros pasos o hablar.
Recuerda que al alimentarse exclusivamente con leche materna, tu bebé la necesitará tanto para su crecimiento del cerebro como para su cuerpo.
¿Cuándo aparece la crisis de lactancia?
La crisis de lactancia en los bebés suele aparecer en edades muy similares, sobre todo, a las 3, 6, y 12 semanas de vida. Pero esta puede variar también según el tamaño y el peso al nacer, por lo que resulta casi imposible saber identificarlas con anterioridad y estar preparadas.
Así como su órganos crecen y su musculatura se hace más fuerte, los bebés comienzan a tener una mayor capacidad de succión, la cual requiere que la leche de mamá salga con más rapidez y cantidad.
Durante las primeras semanas de vida, la ingesta de leche del bebé aumenta rápidamente debido a la succión, pero luego permanece casi igual hasta los seis meses. Como la introducción de los alimentos sólidos se incluyen, poco a poco, a partir de los seis meses, las tomas de leche disminuirán gradualmente y los brotes de crecimiento ocurrirán menos.
Este aumento particular de número de tomas del bebé es temporal, pues normalmente dura entre dos y tres días (o incluso una semana en algunos casos) para luego regresar a su numero de tomas habitual como antes.
¿Cómo identificar la crisis de lactancia en mi bebé?
La crisis de lactancia o brotes de crecimiento pueden ocurrir a los tres o cuatro meses, pero también puede darse a los seis meses de vida del pequeño. Para que puedas hacerle frente y estar preparada para cuando ocurra, es importante que sepas identificar esta etapa correctamente.
Al pasar por una crisis de lactancia, hay algunos síntomas notorios que ocurren tanto en el bebé como en la mamá que te pueden orientar.
- El bebé toma menos, pero lo hace mucho más a menudo que antes. Aunque ya no hace tantas tomas largas sí mamará tan a menudo como cada hora.
- Los pechos de la mamá suelen estar más blanditos y sin gotear. A diferencia de antes, los pechos ya no estarán tan hinchados, pero aunque no se nota la subida de leche, al apretarlos si sale.
- El bebé no engorda tanto como en meses anteriores, pero no hay de qué preocuparse porque se trata de algo absolutamente normal.
- Con frecuencia, el bebé se mete la mano en la boca o se chupa el dedo, lo cual puede interpretarse como una señal de que tiene hambre.
- Las deposiciones también disminuyen en el bebé. Durante la crisis, también es posible que notemos que ya no cambiamos tanto sus pañales como lo hacíamos antes.
- El bebé suele estar más irritable que de costumbre y sentirse incómodo mientras amamanta como si estuviera luchando con el pecho.
Primera crisis de lactancia a las 3 semanas
La primera crisis se da de un día para otro y suele manifestarse porque el bebé no parece estar muy satisfecho, por lo que querrá permanecer pegado al pecho de mamá casi todo el tiempo. Ahora las tomas serán tan frecuentes como en cada hora y aunque hayan tomado tanto al punto de vomitar, querrán seguir amamantando.
Tu primera impresión ante este cambio, es que de seguro ya no estas produciendo mucha leche, pero como ya debes saber no es así.
La única forma de ayudar a tu bebé es darle de comer a libre demanda y tan seguido como quiera para que logremos estimular la producción de leche que necesita. De esta manera, podrá regular las tomas nuevamente por sí solo. Serán dos o tres días agotadores, pero con paciencia todo saldrá bien.
La crisis de la lactancia a las 6 semanas
La segunda crisis de crecimiento ocurre porque la composición de la leche a partir de las seis semanas cambia para adaptarse a las necesidades de desarrollo del bebé. Ahora el sabor de la leche deja de ser dulce, por lo que debe acostumbrarse a su nuevo sabor. Mientras lo hace, también necesita regular la cantidad de leche que quiere tomar y la única forma de lograrlo en tomando más y más.
A veces puedes notar como si peleara con tu pecho, pues se irrita y comienza a llorar y se mueve para cambiar de posición. Cuando esto suceda, te aconsejamos atenderlo a libre demanda y cambiar de posición cuando notes que comienza a incomodarse.
Para calmarlo canta y camina con él en brazos y ofrécele de comer sólo en lugares tranquilos y sin personas alrededor. Verás como al cabo de una semana, entre paciencia y confianza en ti misma, tu bebé volverá a sus rutinas de antes.
A los tres meses es la crisis de lactancia más complicada
Lo que se conoce como “la crisis de los 3 meses” es quizás la más delicada y compleja, ya que puede ser tan agotadora para el bebé como la para mamá. En esta etapa, el bebé deberá esforzarse un poco más para obtener la cantidad de leche que quiere en la velocidad que la necesita.
A los tres meses, la salida de la leche (reflejo de eyección) se da en aproximadamente 2.2 minutos y la capacidad de succión está mucho más desarrollada. Por esta razón, el tener que esperar un poco para tomar desespera al bebé y es por ello lloran, se molestan y pelean con el pecho de mamá al comienzo de amamantar.
En esta edad, los bebés son capaces de tomar en pocos minutos lo que antes le costaba más, por eso con una toma corta pueden extraer toda la leche que necesitan.
A esta situación tan confusa para la mamá, se le suma el hecho de que mientras toma el pecho el bebé se distrae fácilmente, porque ahora su sentidos se intensifican y su agudeza visual y auditiva responde más fácilmente a los estímulos que se encuentra a su alrededor. Esta etapa suele tardar un mes, aproximadamente, por lo que hay que llenarse de paciencia y mucho amor.
¿Cómo sobrellevar la crisis de lactancia de mi bebé?
La mejor forma de afrontar esta etapa es armándose de paciencia y confiando más en ti misma. Es normal que llegues a pensar que no eres capaz de cumplir con la demanda de tu bebé, pero si tu bebé esta bien de peso y de estatura significa que has hecho un buen trabajo y que sólo es cuestión de que sigas adelante y con mucha tranquilidad.
Simplemente debes:
- Ofrecerle el pecho cada vez que te lo pida, pues el obtendrá automáticamente más leche con la frecuencia en la que aumentará sus tomas.
- Para que puedas cumplir con la demanda de esta etapa, puedes probar extraerte un poco para estimular la glándula y ofrecerle el pecho en un lugar tranquilo sin muchas distracciones.
- Además te recomendamos aprovechar las tomas nocturnas para tranquilizarlo y conectarse.
No es necesario que complementes las tomas de pecho con leche de fórmula, ya que además de interferir en tu proceso natural de producción de leche, hará que se acostumbre a la rapidez que obtiene cuando le das leche con biberón.
Para calmarlo puedes probar poner música, cantarle, mecerlo y con caricias y paciencia hacerle notar que mamá está ahí en estos momentos de confusión. En las noches, puedes probar el colecho para darle pecho y tranquilizarlo, pero todo dependerá de ti y de la reacción de tu bebé.
Recuerda que este proceso forma parte de la maduración de tu bebé, así que también es cuestión de que tu bebé aprenda a esperar y a estar tranquilo porque la leche de mamá siempre estará ahí.
No olvides que tu bebé está atravesando por una etapa de crecimiento. Aunque resulte muy difícil y agotador, ten en cuenta que se trata de mecanismo para que puedas ofrecerle el sustento y apoyo que necesita con mucho amor y paciencia.