Para nadie es un secreto que leche materna es el único alimento que necesitan los bebés para crecer y desarrollarse durante sus primeros meses de vida. Ninguna leche de fórmula, le aportará al bebé las propiedades y nutrientes que puede ofrecerle la leche materna.
Como lo afirma Bruce German, del Departamento de Ciencia y Tecnología Alimentaria de la Universidad de California, la leche que produce es capaz de producir la mamá básicamente, es todo lo que el bebé necesita nutricionalmente… y mucho más.
La leche materna humana está llena de agua, grasa, proteínas y azúcar, pero lo verdaderamente sorprendente para los especialistas es que entre todas estas propiedades, esta incluye una gran cantidad de oligosacáridos complejos, un tipo de azúcar que resulta completamente indigestibles para los bebés.
Pero ¿cómo se supo que los bebés no las pueden digerir? Bruce German y su grupo de investigación, realizaron un profundo análisis para resolver el gran misterio de la leche materna y el azúcar que contienen.
La leche materna es lo que te imaginas y más
Los bebés tienen la capacidad de crecer rápidamente durante las primeras semanas de nacido, incluso llegando a alcanzar hasta un centímetro por semana y de igual forma en cuanto al peso. Los expertos opinan que todo esto es posible, siempre y cuando se aporte la dosis adecuada de leche materna.
Para Bruce German, quién ejercer funciones en el Departamento de Ciencia y Tecnología Alimentaria de la Universidad de California en Davis, la leche materna, básicamente, es todo lo que necesita el bebé de manera tradicional y que incluso va más allá, ya que la leche materna contiene una gran cantidad de oligosacáridos complejos, que son completamente indigestibles para los bebés.
¿Qué son los oligosacáridos?
Seguramente, luego de haber leído la palabra oligosacáridos y descubrir que se trata de una sustancia indigestible para los bebés, has sentido un poco de preocupación. Pero tranquila, ya te explicaremos de qué se trata todo y cómo los especialistas lograron resolver este misterio.
Si bien ya hace más de medio siglo los científicos llegaron a la conclusión que las moléculas de oligosacáridos, compuestos por azúcar, eran inabsorbibles para el intestino humano, éstas no proporcionan ningún nutriente ni beneficio para el bebé.
Fue precisamente esta particularidad, lo que llevo a Bruce y su equipo a tratar de conseguir cuál organismo se estaba beneficiando de estos oligosacáridos, y el por qué las madres producen tanto.
Resulta que el intestino delgado de los bebés es muy sensible a las bacterias infecciosas patogénicas, en sus primeros días de vida, y con la proliferación de la bacteria Bifidobacterium infantis, el instentino del bebé se cubre con ella e impide que cualquier patógeno crezca allí.
Ahora seguramente estás mucho más tranquila, pero esto no deja que lado que las madres realmente sean capaces de “reclutar” o generar otra forma de vida, para que ellas cuiden a sus bebés.
Información vital de cara al futuro
Luego de este increíble hallazgo, los doctores de la unidad neonatal de Sacramento en California, están haciendo pruebas para intentar ayudar a los bebés prematuros con este tipo de baterías, ya que los riesgos que corren los niños ante esta situación, es ser demasiado débiles aun para combatir cualquier posible infección que se encuentre en el entorno.
De hecho, los doctores mezclaron la leche de la madre y Bifidobacterium infanti para prevenir la enterocolitis necrotizante, una de las posibles causa de complicación de los bebés prematuros.
No todas las bacterias son peligrosas
La mayoría de las madres intentan que todo lo que rodea a sus niños no contengan microorganismos viviendo en ellos, pero esto es simplemente imposible, sobre todo porque algunas de estas bacterias son tan beneficiosas para el crecimiento del bebé como la Bifidobacterium infantis.
De hecho, Bruce y su equipo de trabajo explican que cada ser humano tiene la capacidad de generar su microbioma, ese donde se encuentran bacterias positivas y negativas, algo que hace que sean tan autónomas como las huellas digitales.
Así que contrario a lo que pensabas, también es bueno que el bebé juegue de vez en cuando en la arena (si ya tiene la edad adecuada), se divierta gateando por la casa y haga otras actividades, ya que algunas bacterias pudieran ayudarlo a fortalecer sus defensas a lo largo de su desarrollo.
La leche materna es el todo terreno de nuestros pequeños
Esta sin duda alguna, una razón más que tiene la ciencia para convencernos que la leche materna es el mejor alimento que podemos ofrecerle a nuestro bebé, al menos durante sus primeros seis meses de vida.
Por otro lado, el hallazgo científico de Bruce German y su equipo está abriendo el camino para ayudarnos a entender cómo las bacterias beneficiosas pueden ayudar a crecer a los bebés. ¿Interesante no es así?