Muchos padres descubren que sus hijos tienen problemas de visión poco antes de ir al colegio. Y en muchos casos, en el colegio porque el niño no puede ver el pizarrón desde su asiento. Los síntomas más frecuentes son que puede tener un niño a causa de una mala visión: dolor de cabeza, acercarse a la televisión, entornar los ojos, entre otros. En este artículo cubrimos las preguntas más frecuentes sobre los bebes, y los ojos: ¿Cómo ven los bebés? ¿A que edad y cuando debes llevar a tu hijo al oftalmólogo? Y los defectos de la visión más comunes en los niños y los bebes.
¿Cómo ven los bebés?
La visión comienza a funcionar desde el nacimiento pero alcanza su total desarrollo aproximadamente a los 6 meses de vida del niño. Aunque el bebé nace con muchas capacidades visuales, recién esta edad está preparado para realmente “ver” y utilizar este sentido. En el primer mes empieza a controlar los movimientos de los ojos y fija más la mirada, aunque puede tender al estrabismo por momentos. De a poco comienza a responder y logra seguir con la mirada un objeto en movimiento. Sin embargo, si el objeto queda fuera de su campo visual el bebé pierde toda su atención.
Prefiere ver colores que contrastan entre sí o brillan y se fija más en líneas circulares que rectas. Su visión de profundidad no es completa por lo que observa objetos ubicados aproximadamente a 20 centímetros. Disfruta mirando rostros más que objetos y prefiere el de personas familiares. Ya al tercer mes es cuando comienza a mirarse sus manos y coordinar mejor el movimiento de ambos ojos.
Al llegar a los 6 meses, el bebé es capaz de mover sus ojos en forma independiente de los movimientos de la cabeza, lo que le entrega un gran beneficio para la exploración y el manejo de su cuerpo en el ambiente.
Si se le examina periódicamente al niño no solo se descubrirá si necesita o no lentes, sino que se prevendrán y tratarán las posibles enfermedades oculares que pueda tener.
Generalmente los padres y los niños, con poco defecto visual, no descubren el defecto antes de ir al colegio. Los síntomas más frecuentes son: dolor de cabeza, acercarse a la televisión, entornar los ojos y, si los defectos son más grandes, quejarse por no ver bien la pizarra desde el puesto asignado.
¿Cuando debes llevar a tu hijo al oftalmólogo?
La primera visita se recomienda a los 12 meses. Una vez hecha esta visita el oftalmólogo te dirá cuándo será la próxima visita. Es importante una visita a los 30 – 36 meses porque tu hijo puede colaborar más y está en un momento en el que es mucho más fácil corregir los defectos visuales más comunes. Antes de comenzar a asistir a preescolar convendría un chequeo general para evitar problemas de vista que pueden afectar el aprendizaje del niño.
Entre los defectos de la visión más comunes en los niños y los bebes se encuentran:
Astigmatismo:
Aquí la formación de imágenes resulta distorsionada tanto de cerca como de lejos por la curvatura defectuosa de la córnea. Este problema es muy común y su resolución es casi 100% segura.
Miopía:
El niño enfoca bien los objetos cercanos pero no los lejanos. Se debe a que las imágenes se enfocan delante de la retina. La explicación más breve de este problema indica que el ojo es más largo de lo normal y a que la cornea es más curva de lo normal. Para corregir este defecto se utilizan lentes.
Según el tipo de miopía, los síntomas pueden aparecer a muy corta edad o recién llegando a la escolaridad. En el segundo caso, hasta cierta edad, la vista de los niños es totalmente normal. Posteriormente, de forma inesperada, empiezan a quejarse de que ven borrosas las cosas que están lejos.
Hipermetropía:
Es lo contrario de la miopía, se enfocan bien los objetos relativamente lejanos pero no los cercanos. Las imágenes se enfocan detrás de la retina. Este problema puede ceder conforme el niño crece, pero hay que hacer un examen minucioso para que el especialista determine la magnitud del problema. La corrección es mediante lentes.
Estrabismo:
Significa que un ojo está virado demasiado en una dirección. El alineamiento del ojo normalmente no es fijo al nacer, pero para los 4 meses de edad, los ojos deben estar rectos. Cualquier infante que continúe mostrando desalineamiento después de los cuatro meses de edad o un niño que más tarde adquiera el estrabismo debería tener un examen completo del ojo.
Daltonismo:
Es la incapacidad para distinguir el rojo del verde. Aunque este defecto no supone una enfermedad grave para quien la sufre, sí genera problemas en distintos ámbitos de la vida diaria. Pensemos por ejemplo en las dificultades para distinguir la señalización vial. Tradicionalmente, esta anomalía se diagnostica sometiendo al paciente a un examen en el que debe distinguir cartulinas de distintos colores. Este análisis permite determinar la existencia o no del daltonismo.
Discromatopsia:
Es la incapacidad para percibir uno o varios colores. Hay pruebas especiales que se practican en la edad escolar para detectar este problema. Este trastorno es de origen hereditario y se presenta más en varones que en mujeres. La prueba consiste en la formación de alguna figura con miles de puntitos de colores. El niño con discromatopsia no verá la figura dibujada.