Aunque a nadie le gusta enfadarse y perder la paciencia con sus hijos, muchos padres han gritado alguna vez a sus hijos cuando éstos se comportan mal o hacen algo que no deben, pero para otros esta práctica se puede tornar algo muy recurrente como una medida para reprenderlos. Cuando los padres le gritan a sus hijos, casi siempre es porque han tenido un mal comportamiento, otros lo hacen porque pierden la paciencia fácilmente, mientras que algunos creen que de esa forma conseguirán que los niños obedezcan. Pero la verdadera pregunta ¿qué efecto está teniendo los gritos en los niños?
Gritarle a los niños puede tener consecuencias tan negativas como el castigo corporal
Cada vez hay más evidencias científicas de que al igual que el maltrato físico, gritar o regañar a los niños frecuentemente, tiene en ellos consecuencias tan negativas como el castigo corporal, pues emocionalmente los hace más agresivos y más ansiosos, además de hacerlos sentirse rechazados. Esto es lo que realmente sucede con los niños cuando los padres levantan la voz:
¿Por qué hay que evitar gritarle a los niños?
De acuerdo a la Dra Laura Markham, fundadora de Aha! Parenting y autor de Peaceful Parent, Happy Kids : «Cómo dejar de gritar y empezar a conectar» , el gritar a los niños es algo que realmente podemos dejar de hacer, pero también es realista y reconoce que hay ciertas situaciones en las que los padres se sienten al borde del abismo y los nervios pueden jugarle una mala pasada.
Al gritar, los niños aprenden que esta forma de comportamiento es válida, y tarde o temprano es común los niños les griten a sus padres
La buena noticia para aquellos padres que recurren a levantar su tono de voz de vez en cuando, es que el daño psicológico y emocional que pueden provocar es mínimo, siempre y cuando no se trate de un abuso verbal. Pero la mala noticia es que al recurrir a esta práctica constantemente de gritar estamos creando un hábito y ciclo vicio de gritos para cuando esté terminando la escuela primaria y comiencen la adolescencia.
Los gritos son efectivos por el miedo que ocasionan, pero es una práctica que daña a los niños y nos quita autoridad como padres
Cuando los padres gritan a los niños, los niños aprenden que esta bien gritar cuando se enojan, y es común los niños les griten a sus padres o a los demás. Lo ideal es utilizar los gritos cuando es necesario, principalmente para llamar su atención rápidamente, como en casos peligro o peleas entre hermanos.
La reacción de los niños: ¡Pelear, huir o congelarse!
Para explicar que tipo de efectos y consecuencias tienen en los niños la disciplina a través de los gritos y los malos tratos, la Dra Markham, asegura que aunque los padres que gritan no están dañando el cerebro de sus pequeños, sí se los está cambiando.
«Digamos que durante una experiencia calmante [el cerebro] los neurotransmisores responden enviando calmantes bioquímicos que estamos a salvo. Ahí es cuando un niño está construyendo caminos neuronales para calmarse. «
Pero cuando un niño con una una corteza prefrontal subdesarrollada que no se encuentra un modo de función ejecutiva, es tratado por medio de los gritos el niño puede liberar ciertas sustancias bioquímicas que le indican reaccionar de tres distintas maneras: pelear, huir o congelarse.
«Mientras estamos ante una situación donde recurrimos a los gritos, el niño puede golpearte, puede huir sintiéndose mal y rechazados, o simplemente se congelan ante la intimidación».
La Dra Markham explica que ninguna de estas respuestas es buena el desarrollo del cerebro de los niños, y resalta que si esta situación ocurre repetidamente, el comportamiento se torna repetitivo.
Los gritos no son una forma de comunicación
Independientemente de que sean niños o no, a ninguna persona le gusta ser tratada con gritos, por ello, desde el momento en el que una persona levanta su voz para tratar de imponerse, sus palabras carecen de sentido y pierden todo tipo de credibilidad. Cuando los padres elevan el tono de su voz puede que cause su efecto, pero el niño no estará más abierto para comprender su verdadero propósito, sino todo lo contrario.
Cuando gritas tu niño simplemente te hace caso por el miedo a la violencia y el abandono, lo cuales son muy negativos para su desarrollo
Según explica la Dra Markham, aunque los niños puedan gritar también y reaccionar de muchas maneras ninguna de ellas le permite escuchar realmente, sino estar más cerrados a las indicaciones de mamá y papá. Lo que sucede es los padres tienen un poder muy importante sobre los niños pequeños, pues para ellos su padres son las personas más importante de su pequeño mundo, los que les proporcionan comida, refugio y amor, es decir todo lo que necesita para vivir.
La postura y los gestos que se adoptan cuando se está enojado son lo que realmente asusta a los niños.
Pero cuando esta personas tan importante a la que confían completamente los asusta, esto rompe por completo su sentido de seguridad y protección. Y es que la postura y los gestos que se adoptan cuando se está enojado y gritando, realmente puede asustar a los niños. Aunque los pequeños de tres años pueden parecer que ya son capaces de tener la misma actitud de un adulto, realmente no tienen la madurez emocional para ser tratados como uno.
Una de las grandes dudas es ¿Cómo actuar cuando tu hijo te falta el respeto?
Gritar no da autoridad, solo demuestra impotencia
Seguramente muchos padres se deben estar preguntando: ¿De que otra manera los niños podrán entender que mamá y papá han perdido la paciencia sin que se les levante la voz?
Con el empleo de un tono voz severo, muchos padres pueden sentir que están imponiendo su autoridad y estableciendo cierta disciplina, pero lo que verdaderamente se está logrando es aumentar los problemas de conducta y comportamiento. Porque al emplear los gritos y regaños para asustarlos, los niños se pueden sentir rechazados y con la sensación de no le gustan a sus padres, algo que sin duda deteriora la confianza de esa relación.
Para tener autoridad como padres no debemos perder el control.
Y es que para conseguir que el niño obedezca o corrija su comportamiento no hace recurrir a los gritos o a los malos tratos.La Dra Markham, explica que existe un método alternativo mucho más eficaz que el ser estrictos, y es el humor. «Si los padres responde a las travesuras de su niños con sentido del humor, ellos aun conservarán su autoridad pero manteniéndose mucho más unidos con ellos».
Gritar suele mostrar que perdemos el control, lo que lleva a la carencia de autoridad.
¿Cuando está bien usar los gritos?
Aunque para la mayoría de la situaciones los gritos y regaños no están para nada recomendados, la Dra Markham acepta que hay ocasiones en las resulta de gran ayuda levantar la voz, por ejemplo cuándo los niños están discutiendo o pegándose con sus hermanos, o están expuestos a un peligro real, los gritos pueden conseguir llamar su atención de una manera veloz y eficaz. Sin embargo aconseja que una vez que obtengamos la atención de niño, debemos modular la voz nuevamente. La idea es gritar para advertir, pero usar las palabras y hablar para explicar.
Los gritos deben ser usado para llamar su atención de una manera veloz y eficaz, como en casos de peleas o peligro
Por último señala que tampoco se trata de permitirle a los niños cualquier tipo de comportamiento porque no ese no es el propósito, simplemente se trata de alcanzar un amor firme con límites, llamando su atención sin recurrir a los gritos. Pero si el gritar es un defecto que no puede controlar fácilmente, es momento de comprender que los gritos sólo son una estrategia de disciplina que resulta muy perjudicial para la autoestima y desarrollo de los niños.
Quizás te preguntes ¿Cómo actuar cuando tu hijo te falta el respeto?
Si
Gracias por el consejo