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Mastitis de lactancia: ¿Qué es, cuáles son sus síntomas y cómo tratarla?

Mastitis lactancia

Al hablar de mastitis y lactancia muchas mujeres entran en pánico ¿Cómo saber si la voy a padecer? ¿Mi bebé estará en peligro? ¿Tiene cura? No obstante, es importante destacar que no debemos alarmarnos al respecto, solo estar atentas a las señales de alerta.

Los senos sufren un importante cambio durante y después del parto, principalmente gracias a la producción de leche para amamantar al recién nacido. Todo esto puede llegar a desencadenar una enfermedad conocida como mastitis de lactancia.

Debido a que algunos síntomas guardan especial semejanza al cáncer de mama, es importante descartarlo para realizar un correcto diagnóstico.

Tras el parto son numerosos los cambios que aparecen en nuestra vida, comenzando por las preocupaciones constantes por el bebé. Sin embargo, también debe prestarse especial atención a nuestra salud física y mental.

mastitis lactancia
La mastitis puede recibir otros nombres como ectasia ductal, inflamación periductal o enfermedad de Zuska.

¿Qué es la mastitis en la lactancia y cómo se produce?

La mastitis es una inflamación de las glándulas mamarias, que puede o no estar asociada con una infección. Con mayor frecuencia suele presentarse en mujeres que amamantan, aunque algunas pueden sufrirla más tarde, e incluso, presentarla si no se han tenido hijos o se es hombre.

De acuerdo con la Federación de Asociaciones de Matronas de España, entre un 2% y un 33% de las mujeres que amamantan desarrollan un caso de mastitis.

En el caso de la mastitis asociada a la lactancia, esta puede provocar que sientas que ya no tienes leche, lo que puede dificultar considerablemente el cuidado del bebé. Incluso puede ocurrir un destete antes de lo deseado, producto de una mastitis.

Síntomas de una mastitis

Si eres madre primeriza la sensación de amamantar podrá parecerte extraña, además, podrás presentar sensibilidad o dolor leve en los pechos. Entonces, ¿cómo se puede saber que se trata de una mastitis?

Los signos y síntomas más recurrentes de esta enfermedad suelen ser:

  • Enrojecimiento del pecho (suele ser cuneiforme)
  • Hinchazón de la mamá
  • Sensibilidad o dolor en el área
  • Sensación de ardor en el pecho de forma continua o al momento de amamantar
  • Engrosamiento del tejido mamario o un bulto en la mama
  • Fiebre alta (38.3 °C o más) y escalofríos
  • Sensación de calor al tacto en el área del pecho
  • Malestar general
  • Cansancio
  • Ganglios de las axilas inflamados
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Los síntomas de la mastitis pueden aparecer de forma repentina.

Causas de mastitis por lactancia

Los causantes de la mastitis suelen ser dos: el bloqueo de un conducto mamario, o, bacterias que ingresan a la mama. En el caso de la mastitis de lactancia, la leche que queda obstruida en la mama es el desencadenante principal del padecimiento.

El bloqueo de las mamas suele darse producto de que no se vacía completamente la leche en cada toma y uno de los conductos queda obstruido por esta. Dicha obstrucción provoca que la leche regrese, provocando así una infección mamaria.

En el caso de que ocurra una grieta o abertura en la piel del pezón, la leche que pueda quedar estancada en la mama se convierte en el caldo de cultivo idóneo para que ingresen las bacterias presentes en la superficie de la piel y desarrollen una infección.

Tanto la obstrucción de los conductos, como los cortes en la piel del pezón, pueden provocar una infección en la mama. Esta infección ocasiona que los glóbulos blancos liberen sustancias para combatir la infección y causen hinchazón y un mayor flujo sanguíneo hacia la zona.

mastitis lactancia
Durante la lactancia pueden aparecer pequeñas fisuras en la piel de los pezones producto de la acción de succión del bebé.

Factores de riesgo

Como te mencionamos anteriormente, la mastitis puede afectar a cualquier adulto, sin embargo, existen algunos factores que podrían incrementar su aparición, como por ejemplo:

  • Episodio de mastitis anterior
  • Uso de sostén ajustado
  • Presión en el pecho por el uso del cinturón de seguridad o carteras muy pesadas
  • Pezones lastimados
  • Técnica de lactancia inadecuada
  • Cansancio o estrés excesivos
  • Nutrición deficiente
  • Tabaquismo
La mastitis puede ocurrir aunque la piel del pezón se encuentre completamente sana.

¿Se puede mantener la lactancia si se tiene mastitis?

Las primeras doce semanas tras el parto suelen ser el periodo de mayor incidencia para la mastitis, tiempo en el cual la lactancia sigue siendo el único alimento del infante. Esta suele ser la mayor preocupación de las madres, ya que sienten que no podrán alimentar correctamente a sus bebés.

Si te has hecho la pregunta ¿puedo amamantar si tengo mastitis?, la respuesta es ¡sí! De hecho, continuar amamantando a tu bebé te ayudará durante el proceso de mejoría. Incluso con la prescripción de antibióticos, puedes continuar dando el pecho a tu pequeño.

La mastitis puede ser dolorosa, lo que puede hacerte pensar en dejar de dar el pecho, pero, cuando la infección comience a ser tratada podrás continuar con la lactancia sin dolor.

En el caso de que dejes de amamantar de golpe a tu bebé es probable que los síntomas empeoren.

¿Cuánto tarda en desaparecer la mastitis por lactancia?

Si presentas síntomas relacionados a una mastitis y acudes al médico, este te hará un examen físico completo y te cuestionará acerca de tus signos y síntomas. Además de esto, un cultivo de leche materna le ayudará al médico a determinar el mejor tratamiento en tu caso.

Por lo general, la mastitis se puede diagnosticar basándose en los síntomas presentados y los resultados de un examen en los senos.

Una vez que el especialista ha realizado los exámenes podrá recetarte el tratamiento que consistirá en antibióticos, por lo general durante un ciclo de 10 días, y analgésicos de venta libre, como el paracetamol o ibuprofeno.

Comúnmente, al finalizar el ciclo de antibióticos la infección habrá desaparecido y, aunque la inflamación y el dolor puedan persistir por un tiempo más, estos irán disminuyendo hasta desaparecer. Es importante que acudas a una consulta con tu médico al terminar el tratamiento.

Recuerda que puedes dar el pecho con mastitis. Al principio puede ser un poco incómodo, pero dar el pecho puede contribuir a resolver el problema más rápidamente.

¡No te olvides de descansar!, esto ayudará a tu sistema inmunológico y optimará el periodo de recuperación.

Tratamientos para la mastitis durante la lactancia

Ante la aparición de signos preocupantes, es importante acudir al médico lo antes posible. Al igual que ocurre con muchas otras enfermedades, lo mejor será tratar la mastitis en sus primeras etapas.

Es importante tratar la mastitis en cuanto la notes. Al principio, puedes tener síntomas similares a los de la gripe, seguidos por dolor en un pecho. Si no es tratada, la mastitis puede presentar complicaciones.

La mastitis se trata usualmente con antibióticos, analgésicos y el vaciamiento de la leche del seno. En el caso de que se haya formado un absceso (acumulación de pus) en el seno, este deberá ser tratado mediante un drenaje, bien sea de forma ambulatoria o quirúrgica.

En el caso de que exista un diagnóstico de mastitis y el tratamiento no sea eficaz ante los síntomas, puede que el médico requiera una biopsia de  piel para asegurarse de que no se trata de cáncer.

Según la Sociedad Americana Contra el Cáncer, la mastitis no aumenta el riesgo de padecer cáncer de seno. No obstante, el riesgo de sufrir un nuevo episodio de mastitis en el futuro se intensifica.

Siempre la recomendación será evitar el destete, sin embargo, en casos inusuales la continuidad de la lactancia con mastitis impide que la mama se cure. Es importante la evaluación profesional para evaluar cada situación y sugerir tratamiento idóneo.

Recomendaciones caseras

El tratamiento principal y efectivo ante la mastitis será el que determine el especialista. Ahora, también existen algunas recomendaciones que te ayudarán a sobrellevar los síntomas hasta su desaparición.

Todos los tratamientos para este padecimiento deben ser administrados y supervisados exclusivamente por médicos especialistas. Si lo que quieres es aliviar las molestias mientras el tratamiento cumple con su objetivo, ten en cuenta los siguientes consejos:

  • Continúa dando el pecho, si es muy doloroso utiliza sacaleches o tus manos
  • Inclínate sobre una bañera llena de agua templada y mantén los pechos sumergidos 10 minutos varias veces al día, esto con la finalidad de eliminar las secreciones que puedan obstruir el flujo de la leche
  • Aplica compresas frías y calientes en el seno afectado
  • Toma los medicamentos tal y como los indique el especialista
  • Descansa lo más que puedas
  • Toma abundante agua
  • Utiliza un sujetador que te ofrezca el confort adecuado

Estas son recomendaciones que no deben sustituir el examen y tratamiento médico. Asiste a una consulta con tu médico tratante y acompaña el tratamiento clínico con las recomendaciones que se adapten a tus necesidades.

Esta afección puede alterar uno o los dos pechos a la vez, aunque en la mayoría de casos suele presentarse en un solo seno.

¿La mastitis puede afectar a mi bebé?

Dado que la mastitis de lactancia está relacionada con agentes infecciosos, y que, además se recomienda no detener la lactancia, para las madres queda la duda de si los agentes nocivos podrían ejercer una acción dañina sobre el lactante.

Aunque la leche que proceda de una glándula mamaria con mastitis tenga una mayor concentración de microorganismos, los estudios no han encontrado efectos en el lactante que se vinculen a esta enfermedad.

Está científicamente comprobado que los niños que se alimentaron (por algunos meses) de leche proveniente de mamas con mastitis tuvieron un desarrollo normal y saludable.

Aunque no se producen problemas de salud en el niño cuando ingiere la leche materna durante un proceso de mastitis, si existen incomodidades tanto para la madre como para el niño. Para mayor tranquilidad puedes preguntar sobre esto a tu médico de confianza.

Mientras que la mujer podrá sentí dolores intensos al amamantar, el bebé podría molestarse al sentir un cambio en el sabor de la leche (puede estar ligeramente más salada), o porque no fluya con la regularidad de siempre.

Si tu pequeño es de personalidad tranquila y apacible puede que notes cambios en su carácter, como pasar de estar tranquilo y relajado a mostrarse irritable. Asimismo, es posible que las tomas sean más largas y frecuentes, ya que extraerá menos cantidad de leche de la que acostumbra.

En casos de mastitis severa, es posible que la mama se obstruya y la leche no salga. Esto se debe a que se forma la llamada “perla de leche”. Este es uno de los efectos de la mastitis de lactancia que más afecta al pequeño, ya que no puede alimentarse correctamente.

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Los microorganismos que el niño adquiere a través de la leche materna tienen la capacidad de fortalecer su sistema inmunológico.

Consejos para prevenir la mastitis en la lactancia

Como siempre, lo mejor es la prevención ¿cierto? Pues bien, para no tener problemas en tu relación de amamantamiento con tu lactante y minimizar las probabilidades de padecer mastitis, puedes seguir las siguientes recomendaciones:

  • Al momento de amamantar asegúrate de drenar por completo la leche de los senos
  • Cambia la posición que utilizas para amamantar entre una alimentación y otra
  • Durante el amamantamiento permite que tu bebé vacíe por completo uno de los senos antes de cambiar al otro seno
  • Asegúrate de que tu bebé se aferre de forma correcta durante el amamantamiento
  • Evitar la sobrecarga prolongada de las mamas con leche antes de amamantar
  • Masajea las mamas durante la lactancia o el bombeo
  • Si tienes dificultades para vaciar una porción de la mama, aplica calor tibio y húmedo a la mama antes de amamantar o extraer leche
  • Amamanta primero del lado afectado, ya que el bebé tendrá más hambre y succionará con más fuerza
  • Si fumas, este es una más de las razones que te impulsarán a dejarlo

Otra recomendación es que agendes una cita con un consultor de amamantamiento, este podrá ofrecerte consejos y asesoramiento para realizar las técnicas de amamantamiento adecuadas.

mastitis lactancia
El uso del sacaleches puede resultar beneficioso para vaciar correctamente las mamas.

La lactancia es un momento maravilloso entre madre e hijo, sin embargo, puede verse empañada por padecimientos como este. Sigue las recomendaciones preventivas y, en el caso de que observes signos preocupantes, acude cuanto antes con tu médico.

Aunque pueda ser desalentador, un diagnóstico de mastitis desaparecerá y podrás volver a dar pecho con normalidad, disfrutando así de ese precioso vínculo con tu bebé.

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