¿Cómo funcionan la vacunas? ¿De qué manera protegen al cuerpo de posibles enfermedades? ¿Por qué son importantes para la salud? Las vacunas son muy importantes para prevenir enfermedades, pues le enseñan al cuerpo cómo defenderse cuando los microorganismos, como virus o bacterias lo invaden.
Nota del Editor: Actualizamos y ampliamos este artículo el 23 de Marzo, 2024.
Las vacunas son medicamentos que ayudan a generar inmunidad activa y duradera contra algunas enfermedades
Para proporcionar inmunidad ante ciertas enfermedades, las vacunas exponen a nuestro cuerpo a una cantidad muy pequeña y segura de virus o bacterias, que fueron debilitados o destruidos, a través de una inyección. Una vez que entran en nuestro cuerpo, el sistema inmune aprende a reconocer y atacar la infección en caso de exponernos a ella.
A continuación te compartimos toda la información sobre las vacunas, el sistema inmunitario y sus funciones para ayudarte a entender cómo funcionan las vacunas en nuestro cuerpo.
¿Qué es una vacuna?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se entiende por vacuna: “Cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos”. Los anticuerpos son sustancias que produce nuestro cuerpo con la finalidad de protegerse frente a futuras infecciones, por lo que están relacionadas con la inmunidad.
Las vacunas están compuestas de una suspensión de microorganismos muertos o atenuados, así como de productos o derivados de ciertos microorganismos.
Las vacunas son sustancias biológicas compuestas de micoorganismos muertos o atenuados que generan inmunidad frente algunas enfermedades
Cuando una persona recibe una vacuna, su sistema inmunológico es capaz de reconocer el microorganismo en cuestión, lo interpreta como una amenaza y produce anticuerpos (defensas) contra este.
La forma más común de administrar las vacunas es por medio de la inyección, aunque hay algunas que se administran vía oral o nasal con un vaporizador.
¿Cómo funcionan las vacunas?
Ante una posible infección u enfermedad, el sistema inmune de nuestro cuerpo produce glóbulos blancos que dan lugar a los anticuerpos (defensas), los cuales reconocen al germen invasor y actúan para combatirlo.
En ocasiones, la respuesta de los anticuerpos puede producirse demasiado tarde y generarse una infección grave, sobre todo si se trata de un agente infeccioso desconocido.
Pero si se recibe una vacuna contra dicha enfermedad, la respuesta del sistema inmune y los anticuerpos pueden ayudar a detener muchas infecciones y ayudar al cuerpo a recuperarse rápidamente, de ahí la importancia de las vacunas.
Pero, ¿Cómo funcionan las vacunas?
Cuando se administra una vacuna, el sistema inmune detecta el germen debilitado y reacciona como lo haría cuando ocurre una infección, produciendo anticuerpos contra el contenido de la vacuna, los cuales permanecen alertas para reaccionar si ataca el organismo infeccioso real.
En otras palabras, la vacuna engaña al cuerpo para hacerle creer que está siendo atacado, de tal forma que el sistema inmune genere defensas cuando una infección real se vuelva una amenaza.
Tipos de vacunas para su aplicación
Existen muchos tipos de vacunas diferentes, cada una de ellas está desarrollada para proporcionarle al sistema inmune las herramientas necesaria para combatir algunos agentes infecciosos y las enfermedades graves que causan.
1. Vacunas vivas atenuadas
Las vacunas vivas están compuestas por germen que causan la enfermedad de forma debilitada (o atenuada). Por esta razón, son capaz de estimular una respuesta inmunitaria fuerte y duradera.
Al recibir una o dos dosis de la mayoría de las vacunas vivas, puedes procurar una protección de por vida contra el agente infeccioso y la enfermedad que causa.
Las vacunas vivas debilitada o atenuada se utilizan en la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (triple viral) al igual que en la vacuna contra la varicela .
2. Vacunas inactivadas
Las vacunas inactivadas se diferencian de las demás por hacer uso del germen muerto para causar inmunidad contra la enfermedad que produce. Se realiza a partir de una proteína o pequeñas muestras tomadas de un virus o bacteria.
Aunque proporcionan suficiente protección, las vacunas inactivadas no suelen brindar una inmunidad tan fuerte como las vacunas vivas. De hecho, con el pasar de los años, se requieren de varias dosis (vacunas de refuerzo) para obtener inmunidad continua contra ciertas enfermedades e infecciones.
Las vacunas inactivadas se utilizan para proteger contra la hepatitis A, la gripe, Polio y rabia.
3. Vacunas de subunidades, recombinantes, polisacáridas y combinadas
Las vacunas de subunidades, recombinantes, polisacáridas y combinadas están compuestas por una muestra específica del agente infeccioso como su proteína, azúcar o cápsula (capa que cubre al germen).
Este tipo de vacunas ofrecen una respuesta inmunitaria hacia partes específicas del germen, además se pueden administrar en cualquier persona, incluso en aquellas con sistema inmune debilitado o con problemas de salud. Sin embargo, es necesario aplicar las vacunas de refuerzo para obtener protección continua contra las enfermedades.
Estas vacunas se utilizan para proteger contra Enfermedad Hib (Haemophilus influenzae tipo b), Hepatitis B , HPV (virus del papiloma humano), tos ferina, enfermedad neumocócica y culebrilla
4. Vacunas con toxoides
Las del tipo toxoide poseen una toxina producida por los gérmenes. Estas vacunas actúan para que nuestros cuerpos sean inmunes a los efectos dañinos de la infección, en lugar de la infección en sí, es decir, la respuesta inmunitaria va dirigida a la toxina en lugar de al germen completo.
Al igual que sucede con los otros tipos de vacunas, es posible que se necesiten vacunas de refuerzo para una inmunidad continua contra las enfermedades.
Las vacunas con toxoides se utilizan para proteger contra la Difteria y Tétanos.
¿Por qué son tan importantes las vacunas?
Las vacunas y el lavado de manos, son las dos herramientas más importantes para la prevención de enfermedades. Hace muchos años, cuando no existían las vacunas, algunas enfermedades producían miles de muertes por año.
Un hito en la salud pública mundial, por el uso de las vacunas, fue la erradicación de la viruela en 1980. Actualmente se trabaja para erradicar la poliomielitis y proporcionar protección ante enfermedades graves aun vigentes entre los humanos.
¿Por qué nuestros bebés y niños necesitan vacunarse?
Aunque durante durante la primeras semanas de nacido, el bebé tiene la protección que le transmitió su madre a través de la placenta, esta protección natural desaparece al poco tiempo por lo que necesita de anticuerpos que lo ayuden a fortalecer su sistema inmune aun en desarrollo.
Además, los recién nacidos, bebés y niños pequeños están constantemente expuestos a gérmenes que pueden contagiarles sus padres, hermanos, familiares y otros niños de la guardería.
Las vacunas ayudan a proteger a los bebés y niños pequeños contra muchas infecciones contagiosas y graves que solían ser mucho más comunes.
- Los ejemplos abarcan tétanos, difteria, paperas, sarampión, tos ferina, meningitis y poliomielitis.
- Las vacunas más nuevas protegen a los niños contra otros tipos de meningitis, neumonía e infecciones del oído.
Muchos de estos virus y bacterias pueden causar enfermedades serias o potencialmente mortales y derivar en discapacidad de por vida. Gracias a las vacunas, todas estas enfermedades han disminuido considerablemente y los niños están constantemente protegidos y saludables.
A la hora de proteger a los pequeños y prevenir el contagio de enfermedades graves, es importante cumplir con el calendario de vacunación y llevar un registro de las vacunas que fueron recibidas, por ello te recomendamos conocer todo lo relacionado con la Cartilla de vacunación: ¡No pases por alto las vacunas de tu bebé!
¿Son seguras las vacunas?
Según la Organización Mundial de la Salud, las vacunas son seguras. Antes de administradas, las vacunas aprobadas para su uso son sometidas a una serie de pruebas rigurosas durante las distintas fases de su composición y, una vez que son comercializadas, siguen siendo evaluadas regularmente.
Además, los expertos continúan haciendo estudios y están en busca de indicios que indiquen que una vacuna pueda tener efectos adversos.
Como cualquier otro medicamento, las vacunas pueden causar efectos secundarios, sin embargo, la mayoría de las reacciones a las vacunas son leves y temporales, por lo que su aplicación no deja de ser segura para la mayoría de la población, incluyendo bebés recién nacidos y personas mayores.
¿Qué efectos secundarios o síntomas pueden causar las vacunas?
La aplicación de una vacuna en forma de inyección, puede causar dolor, enrojecimiento e inflamación en la zona de la aplicación. Sin embargo, son síntomas leves y comunes que suelen desaparecer espontáneamente.
En algunos casos, puede aparecer fiebre o decaimiento durante un par de días tras la vacuna. Aunque son síntomas normales, se recomienda consultar con el médico si los síntomas persisten.
Las vacunas pueden reproducir levemente la enfermedad sin poner en riesgo la salud, esto asegura la formación de anticuerpos
En caso de presentarse raros efectos colaterales graves, éstos son investigados inmediatamente.
Contraindicaciones de las vacunas ¿Cuáles son?
Las vacunas de virus vivos y atenuados están contraindicadas para las mujeres embarazadas, personas con un sistema inmunológico comprometido y otras situaciones particulares.
Por esta razón es importante informar al médico en casos de enfermedad, alergia a los componentes de una vacuna previa o de embarazo, antes de recibir la vacuna, para que puedan evaluar sí es necesario hacer una consulta médica previa y posponer su aplicación.
¿Qué puede pasar si decidimos no vacunamos?
De no vacunarnos contra las infecciones contagiosas que causan enfermedades, podemos llegar a enfermarnos gravemente si tenemos contacto con otra persona infectada. Cabe recordar que muchas de estas enfermedades, pueden dar lugar a complicaciones importantes o incluso la muerte.
Además de estar desprotegidos ante los agentes infecciosos, también podemos ser una fuente de contagio y transmitir las enfermedades a personas más vulnerables que todavía no pueden recibir las vacunas, como por ejemplo, bebés recién nacidos, personas con un sistema inmune comprometido, adultos mayores de 65 años y mujeres embarazadas.
¿Es necesario vacunar a mi hijo contra enfermedades que no se dan en mi país?
Aunque las enfermedades prevenibles por vacunas ya no son comunes en muchos países, los agentes infecciosos que las causan siguen circulando en otros países endémicos y de bajos recursos.
Dado que miles de personas viajan a diario a diferentes destinos, los virus y bacterias pueden cruzar fácilmente las fronteras geográficas e infectar a cualquiera que no esté protegido.
Así, por ejemplo, se han producido brotes de sarampión en poblaciones no vacunadas de países como Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, España, Estados Unidos de América, Federación de Rusia, Francia, Grecia, Italia, Reino Unido, Serbia, Suiza y Tayikistán.
Puesto que viajar es más común hoy día, tú y tu bebé pueden exponerse a enfermedades de otros países sin saberlo.
Las principales razones para vacunarse son protegernos a nosotros mismos y proteger a quienes nos rodean. El éxito de los programas de vacunación depende de que todos garanticemos su cumplimiento, por eso es tan importante vacunar a los niños frente a todas las enfermedades que previenen mediante las vacunas.
¿Puede mi hijo recibir más de una vacuna a la vez?
Está comprobado científicamente que la administración de varias vacunas al mismo tiempo no tiene efectos negativos en el sistema inmune del niño.
Los niños están expuestos diariamente a cientos de agentes externos que desencadenan respuestas inmunitarias. Incluso al comer, los niños están en contacto con diferentes microorganismos, y son numerosas las bacterias que viven en su boca y nariz.
En efecto, los niños se ven expuestos a muchos más agentes infecciosos en un resfriado común o una faringitis, que cuando son vacunados.
La principal ventaja de administrar varias vacunas al mismo tiempo es la necesidad de menos consultas, que ahorra tiempo y dinero
La aplicación de una vacunación combinada (por ejemplo, contra la difteria, el tétanos y la tos ferina) también se reduce el número de inyecciones y las molestias para el niño.
En ocasiones, una única dosis de vacuna es suficiente para obtener protección, pero con frecuencia hace falta otras dosis para un efecto duradero. Algunos anticuerpos protegen de por vida, pero otros necesitan refuerzo.
La recomendación de la Unicef a todas las madres, para proteger a sus hijos de las infecciones y enfermedades, es seguir el calendario de vacunas recomendado en su país. Recuerda que cada vez que retrases una vacuna, estarás aumentando la vulnerabilidad de tu hijo ante la enfermedad.
Para saber cuales son las vacunas recomendadas para tu hijo y las fechas aproximadas, puedes acudir al centro de salud más cercano, pedírselo a tu médico o revisar el calendario de vacunación propuesto por el Ministerio de Salud de tu país.
Ante cualquier duda consulta con tu médico de confianza
